Karel Hynek Mácha

Socha Karla Hynka Máchy na Petřině

Es como si el mes de mayo estuviera hecho para paseos románticos por los paisajes checos, que en esa época se visten de un verde fresco. Es tiempo de olores fascinantes, de flores... y de besos ardientes, añadirían algunos enamorados, declamando unos versos del más famoso poema al que los checos relacionan con este mes primaveral: "Mayo, tiempo de amor". "Mayo, tiempo de amor". Nos suenan en los oídos las palabras del poema lírico-épico "Mayo", cuyo autor, Karel Hynek Mácha, significa para la literatura romántica checa lo que George Gordon Byron para la inglesa o Alfred de Vigny para la francesa. Sigamos las huellas de Karel Hynek Mácha, conocido como el "príncipe de los poetas checos", que consagró a los ideales románticos no sólo su obra, sino también su vida.

Karel Hynek Mácha pasó un tiempo muy corto en este mundo. Al morir, el 6 de noviembre de 1836, faltaban sólo diez días para que cumpliera 26 años. El joven poeta estaba en el umbral de una nueva etapa de su vida. Acababa de terminar sus estudios de derecho cuando se trasladó a la ciudad de Litomerice, en Bohemia del Norte. Más tarde quería llevar también a su novia, Lori Somková, y a su hijo recién nacido.

Mácha pretendía empezar a escribir, aparte de versos, cuentos y dramas históricos, también un manual de geografía moderna checa, basado en sus propias experiencias adquiridas en sus innumerables viajes. Faltaban días, quizás horas, para que su vida tomase un rumbo distinto. El 8 de noviembre debía estar en Praga para casarse con Lori, pero nunca llegó. Ese día el cura ya no bendijo a Karel Hynek Mácha junto al altar, sino en su tumba del cementerio de Litomerice. Según algunas versiones el poeta murió de una pulmonía que contrajo al ayudar a extinguir un incendio en la ciudad. Según otras versiones se contagió de cólera al beber el agua sucia con la que apagaba el fuego.

Pero no nos adelantemos. Volvamos al principio. Mácha nació el 16 de noviembre de 1810 en Praga, cerca de la colina de Petrín, que hasta hoy está relacionada simbólicamente con su persona. En 1910, con motivo del 100 aniversario del nacimiento de Karel Hynek Mácha, fue erguido en Petrin un monumento, obra del escultor Josef Václav Myslbek, que representa al poeta enfrascado en sueños y respirando el perfume de las lilas que lleva en la mano. La localidad cercana a la estatua se convirtió después en un punto de encuentro para los enamorados.

Mácha nació en una familia que no abundaba en medios financieros. A pesar de la resistencia de su padre ingresó en un liceo y escribió sus primeros versos - cabe destacar - en alemán. Transcurría la primera mitad del siglo IXX y la lengua checa recién empezaba a renacer después de largos años de germanización. En 1829 Mácha cambió su nombre alemán Ignatz por su equivalente en checo Hynek, decidiéndose definitivamente a obedecer la voz checa que llamaba desde su alma.

Karel Hynek Mácha empezó a estudiar filosofía y a frecuentar conferencias sobre el idioma checo presentadas por Josef Jungmann, autor del Gran Diccionario Alemán-Checo. En ese entonces ningún acto cultural checo podía prescindir de la presencia de Karel Hynek Mácha. Se convirtió en miembro del elenco de aficionados del dramaturgo Josef Kajetán Tyl y no tardó mucho en escribir sus primeros poemas en checo.

Pero la poesía y el teatro no fueron las únicas aficiones de Mácha, también fue un gran viajero. El poeta recorrió a pie cientos y cientos de kilómetros. Visitó lugares que le parecían misteriosos, castillos y ruinas tales como Kost, Trosky, Kokorín o su predilecto Bezdez, cerca del pueblo de Doksy. Cerca de ahí precisamente se encuentra un lago que más tarde recibió el nombre de Mácha. En 1834 visitó las ciudades italianas de Venecia y Florencia.

A Karel Hynek Mácha los checos lo denominan el apóstol de la poesía amorosa moderna. La vida privada del poeta estaba, sin embargo, muy lejos de los ideales y sueños sobre los que hablaban sus poemas. Quizás su vida fue demasiado corta para encontrar el amor perfecto. O quizá su carácter excéntrico y agitado le impedía encontrar la relación amorosa que soñaba.

En la vida de Karel Hynek Mácha desempeñaron un papel importante dos mujeres: A la primera de ellas, Marinka Stíchova, hija de un guardabosques, el poeta la conoció durante una función en el Teatro de los Aficionados en la ciudad de Benesov. Como "prueba" de su amor escribió en 1833 la antología de poemas "Los Nomeolvides de Sázava".

Casi un año más tarde, Karel Hynek Mácha encontraría en el elenco de aficionados de Josef Kajetán Tyl a Eleonora Somková, Lori, su amor fatal. Después de un intenso amor, los sentimientos de Mácha hacia Lori Somková se extinguieron. Talvez se hubieran separado, pero a principios de 1836 la joven quedó embarazada.

Karel Hynek Mácha | Foto: Kristýna Maková,  Radio Prague International
El poeta quedó ante un dilema: contraer matrimonio con una mujer con la que no podría sentirse feliz, pero que será madre de su hijo. Prevaleció su instinto paternal. Para el 8 de noviembre de 1836 fue planeada la boda, que, sin embargo, jamás se celebró.

Karel Hynek Mácha se fue, pero no su obra. Siete meses antes de morir, en abril de 1836, el poeta editó por cuenta propia 600 ejemplares de una obra que se haría inmortal. "Mayo".

Las primeras críticas fueron duras. Le reprochaban su carácter nihilista y poco patriótico. Tuvieron que transcurrir veinte años para que ese canto lírico-épico se convirtiera en el símbolo de la nueva generación de poetas, que en 1858 recogió su programa poético en el almanaque "Mayo". En la portada aparecía el retrato de Karel Hynek Mácha.

"Mayo" relata la historia del bandido Vilém, situada en el romántico paisaje de las proximidades del castillo de Bezdez. Vilem asesina al seductor de su enamorada Jarmila sin saber que se trata de su padre, por lo que es encarcelado y ejecutado, y Jarmila termina su vida en las aguas del lago cercano.

En 1836 Herman Skrivánek le puso música al poema de Macha, a lo que siguieron en el siglo próximo con sus sinfonías otros compositores checos como Jaroslav Kricka, Josef Bohuslav Foerster y Vítezslav Novák. Desde su primera edición en 1836 hasta finales de los años ochenta del siglo XX "Mayo" ha sido publicado en checo unas 240 veces. Existen ediciones costosas para bilbliófilos, ediciones baratas, tan exactas como incorrectas, ediciones con letra de Braille, estenográficas y ediciones ilegales publicadas durante la Segunda Guerra Mundial bajo la ocupación nazi. El poema fue traducido a casi todos los idiomas europeos e incluso al bengalí.

En 1844, siete años después de la muerte de Karel Hynek Mácha, fracasó el intento de su hermano Michal Mácha y su amigo Karel Sabina de reeditar el poema. Al buscar ayuda financiera se dirigieron a varios mecenas, entre ellos figuró el gran patriota Jan Nepomuk Krouský de Katusice. Hoy es difícil saber si el manuscrito de "Mayo" fue empeñado o vendido, lo cierto es que pasó a manos de la familia Krouský.

En los años cincuenta del siglo veinte, los cinco mil tomos de la biblioteca de la familia Krouský fueron confiscados por los comunistas. Los libros fueron cargados con horquillas y transportados en camión. Sin embargo, el manuscrito de "Mayo" no corrió el mismo destino: la suegra del crítico literario Josef Prazák, Miroslava Krouská, se lo llevó consigo cuando se trasladaba a la casa de su hija en Praga.

En la biblioteca de Josef Prazák, entre las hojas de una antología de otro poeta checo, Frantisek Halas, sobrevivió oculto el poema "Mayo". Ante los ojos del público reapareció en 1965, 129 años después de la muerte de su autor, Karel Hynek Mácha.

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