Batalla de Lipany - ocaso de las guerras husitas

Batalla de Lipany (Foto: autor)

En la presente edición de "Legados del pasado - testimonios del presente", a petición de un radioyente, hablaremos más detalladamente sobre la batalla de Lipany en la que se enfrentaron dos ejércitos de los husitas - checos contra checos.

Batalla de Lipany  (Foto: autor)
Cada nación vivió batallas que marcaron su historia. También los checos recuerdan varios choques bélicos que cambiaron los destinos de su reino y de su Estado. Uno de ellos fue la batalla de Lipany.

Más que por su envergadura - ya que no fue un choque ni extenso ni largo - fue importante por su significado histórico. Con la batalla de Lipany culminaron y finalizaron los quince años de combates y choques que asollaron las tierras de la Corona Checa, y que se conocen bajo el nombre de "guerras husitas"

Los orígenes de este período lleno de conflictos militares se remontan a la segunda mitad del siglo XIV. El Reino Checo vivía en aquel entonces una época de florecimiento, reinando el sabio monarca Carlos IV. Tras su muerte, la situación no tardó en empeorar bajo el reinado de su hijo, Venceslao IV., que no soportó el peso de gobernar el imperio edificado por su padre. Las masas populares echaron la culpa al clero que abusaba de los privilegios otorgados por Carlos IV.

Juan Hus
Entre los críticos destacaba la figura de Juan Hus, catedrático de la Universidad Carolina de Praga. Por medio de sus pregones quería, al ser buen creyente, depurar la imagen de la iglesia restringiendo su poder político y confiscando sus bienes para que los sacerdotes sólo se dedicasen al servicio al Dios.

Sus tentativas irritaron a los representantes del clero que excomulgaron a Hus y en el concilio de Constanza en 1415, el reformador católico fue proclamado hereje y condenado a morir en la hoguera. Ello provocó el movimiento de los husitas - partidarios de Juan Hus - que se convirtió en un conflicto bélico frente a los católicos.

El caudillo militar de los husitas fue Jan Zizka, excelente estratega y guerrero que nunca conoció la derrota en batalla liderada por él. Los husitas fundaron la ciudad fortificada llamada Tábor desde donde realizaban incursiones conquistando ciudades y librando batallas contra el poder real y el de los nobles.

El Papa y el emperador germano-romano Segismundo lanzaron contra los husitas varias cruzadas, pero todas fueron derrotadas. El movimiento husita se dividió con el tiempo en diferentes fracciones que, sin embargo, cooperaban al enfrentarse a sus enemigos.

El caudillo militar Jan Zizka murió en 1424 de la peste y el mando de las huestes de husitas la tomó Procopio Holý, sacerdote y guerrero a la vez. Los husitas resistieron en varias ocasiones a los ataques de los ejércitos católicos.

La separación paulatina de los husitas se agudizó y el movimiento se dividió en dos bandos. El primero fueron los husitas moderados, de las filas de hidalgos y burgueses, que deseaban el fin de las guerras incesantes que convirtieron el Reino Checo en un desierto. Estos formaron la asociación de nobles abierta a las negociaciones con el emperador Segismundo y el Papa.

El segundo grupo lo formaron los "taboritas", o sea los de la base husita de Tábor y los llamados "huérfanos", huestes que se pusieron tal nombre tras la muerte de Jan Zizka a quien consideraron su padre. Los taboritas y "huérfanos" formaron el núcleo del combatiente ejército husita.

Batalla de Lipany
Ambos bandos discutieron entre sí, sin llegar a una conclusión. Los husitas moderados se unieron con los católicos moderados y se propusieron librar batalla con la parte radical del movimiento husita - los huérfanos y los taboritas.

El día 30 de mayo del año 1434, llegaron ambos huestes al campo de batalla situado cerca de la aldea de Lipany, Bohemia Central. La asociación de los nobles, capitaneada por el antiguo discípulo de Zizka, Divis Borek z Miletínka, disponía de unos 26 mil hombres de infantería y caballería y 700 carros de guerra de la época. Los radicales, liderados por Procopio Holý, contaban con 19 mil hombres y 400 carros, pero su ejército era más experimentado.

Ambos bandos formaron con los carros de guerra la tradicional muralla husita. Los moderados iniciaron el ataque disparando cañones y armas de fuego sin causar mucho daño. Pero comenzó a llover y el humo de los tiros se extendió sobre el campo, creando condiciones ideales para la maniobra clave de toda la batalla.

Foto: autor
Los husitas moderados lanzaron la primera carga de la caballería que dio media vuelta tras verse reducidas sus filas por el fuego de los cañones enemigos y fingieron una huida. Los radicales abrieron la compacta muralla de carros de guerra, persiguieron al enemigo y en aquel momento cayeron en la trampa. Los capitanes del ejército moderado ordenaron un ataque de caballería que cortó a los taboritas y huérfanos el camino de regreso a la muralla defensiva. Además los moderados no dejaron cerrar la brecha e irrumpieron con fuerza.

Luego comenzó la hecatombe, ya que el bando moderado no dio cuartel y los radicales no se rindieron. Se salvaron del aniquilamiento sólo la caballería radical, que se ocultó en la ciudad próxima de Kolín y varias decenas de guerreros dispersos. Tan sólo los checos terminaron con ejército husita que tanto miedo infundía en sus enemigos de numerosos lugares de Europa.

Monumento de Lipany  (Foto: autor)
Con la derrota del bando radical, los husitas y católicos moderados entraron en negociaciones con el emperador Segismundo en el Concilio de Basilea. Y dos años después de la batalla de Lipany fue firmado un acuerdo que facilitó la subida de Segismundo al trono checo.

La batalla de Lipany se recuerda con el monumento erigido en 1881 en el lugar del choque. De piedra, tiene la forma de un túmulo cónico, lleva una placa conmemorativa de la muerte del comandante husita Procopio Holý y dos inscripciones.

La primera dice: "Los que se detengan aquí que piensen hasta dónde puede llevar la discordia de una nación" y la segunda: "Oh, lugar de luto inconmensurable, las amarguísimas lágrimas te lavarán a lo largo de los siglos".

Un monumento original dedicado a la batalla de Lipany se encuentra en la capital de Praga. En uno de los pabellones del Área de Exposiciones del barrio de Holesovice se halla una reproducción panorámica que representa la última fase de la batalla de Lipany en un espacio circular. Es obra del pintor Ludek Marold y sus dimensiones son de 11 metros de altura y 95 metros de longitud.

Autor: Jaroslav Smrz
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