Las exportaciones checas resisten la recesión mundial

El comercio exterior de la República Checa se desarrollaba el año pasado mejor de lo que prevenían los expertos. El interés por los productos checos continúa y no fue afectado ni siquiera por la recesión económica en los países comunitarios.

Todos los que prestaron oído a las lamentaciones de los exportadores checos respecto al fortalecimiento de la moneda nacional y al descenso del crecimiento económico en los países de la Unión Europea fueron sorprendidos por los datos estadísticos.

Ya en noviembre pasado debieron de cumplirse los pronósticos alarmantes de algunas entidades analíticas sobre el descenso de las exportaciones y el incremento de las importaciones en vísperas de la habitual fiebre de compras navideñas. Sin embargo, el aumento de las importaciones fue mínimo.

Los analistas estimaron que el déficit de comercio exterior sería de 270 millones de dólares, pero en realidad fue 100 millones menor de lo previsto. Este resultado positivo se debe a varios factores.

El descenso del precio del petróleo y del gas natural contribuyó a la notable reducción del déficit. También materias primas químicas y los semiproductos que importan empresas checas para su producción registraron una baja de precios, estimulada asimismo por el fortalecimiento de la moneda nacional.

Sin embargo, ni siquiera estos factores serían suficientes para los rendimientos positivos de los exportadores checos. Uno de los motivos se debe también al hecho de que la industria checa aprovecha los frutos de las inversiones masivas de los últimos años, afirman analistas checos.

Entre los exportadores exitosos figuran nuevas empresas, cuya producción se apoya en los contratos suscritos en el pasado con los importadores extranjeros. Lógicamente, surge la incógnita de qué sucederá en los próximos períodos, cuando las empresas tengan que preparar nuevos contratos.

Si perdura la recesión en los países comunitarios, que acogen más del 70 por ciento de las exportaciones checas, esta tendencia se prolongaría hasta el segundo semestre de este año, el dinamismo inicial de las nuevas empresas podría hacerse más lento.

Pero nadie apoya este pronóstico. Se espera que ya en el primer trimestre del año en curso la mayoría de las economía eurooccidentales superará la crisis y la demanda de importaciones irá aumentándo.

Otro factor positivo es que muchos exportadores checos orientados a Alemania, que es el socio comercial más amenazado por la recesión, lograron encontrar nuevos mercados. Los exportadores vuelven la cara a Eslovaquia, Polonia, y entran en contactos con nuevos compradores en Francia, Italia o Bélgica que son los países menos afectados.

Todos estos antecedentes demuestran que los productores checos tienen las posibilidades y capacidades para enfrentar el empeoramiento de las condiciones económicas de la Europa actual. Al mismo tiempo, los analistas de la entidad bancaria, Raiffeisenbank, sostienen que el crecimiento mínimo de las importaciones a la República Checa demuestra claramente que el incremento de la demanda local es muy débil, y por ello existe espacio para que el Banco Central Checo baje las tazas de interés.

Autor: Vít Urban
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