La porcelana checa tiene más de 200 años

Foto: Klára Stejskalová

Hace 225 años fueron fabricados los primeros recipientes de porcelana en la manufactura de Klášterec nad Ohří, que es la segunda mayor fábrica de porcelana en territorio checo. Una amplia colección de sus productos se guarda en el Museo de la Porcelana local.

Foto: Klára Stejskalová

La historia de la fabricación de porcelana en los territorios checos comenzó a escribirse en 1794 cuando en la localidad de Horní Slavkov fue fundada la primera manufactura centrada en este tipo de producción. Dos años más tarde la porcelana comenzó a ser fabricada también en la ciudad de Klášterec nad Ohří, situada en Bohemia Noroccidental.

Palacio de Klášterec nad Ohří,  foto: Klára Stejskalová
La historia, así como muestras de la porcelana local se pueden conocer en el Museo de la Porcelana de Klášterec nad Ohří, que se encuentra en el palacio local. Según dijo a Radio Praga Internacional nuestra guía por el lugar, Kristýna Sladomelová, este museo es el más grande de su género en la República Checa y el palacio que es su sede tiene una larga historia.

”El palacio fue construido a finales del siglo XVI en estilo renacentista por la familia aristocrática de los Fictum. Más tarde les fue confiscado por haber participado en el levantamiento de los estamentos checos y en 1623 fue vendido a la familia Thun, cuyos descendientes vivieron en el palacio hasta 1945. Los Thun sometieron el inmueble varias veces a remodelación porque, como por una maldición, una vez cada 100 años este fue devastado por un incendio. Después de un tercer incendio que estalló en 1856, el edificio fue reconstruido en estilo neogótico que, por suerte, mantiene hasta el presente”.

En 1945 el palacio le fue confiscado a la familia aristocrática de Thun en base a los llamados decretos de Beneš, acusándoseles de haber colaborado con los nazis. El inmueble pasó a ser propiedad del Estado checoslovaco, pero en vista de su estrecha relación con la fabricación de porcelana en la ciudad, en 1953 se decidió transformarlo en un Museo de la Porcelana.

!Viva Bohemia!, uno de los primeros conjuntos de porcelana checa

Kristýna Sladomelová,  foto: Klára Stejskalová
Nuestra guía, Kristýna Sladomelová, nos contó también la historia de la fábrica de porcelana en Kláštěrec nad Ohří.

”El fundador de la manufactura de porcelana fue Jan Mikoláš Weber. Trabajaba para el conde Franz Josef Thun como montero mayor. A una edad avanzada comenzó a experimentar con la porcelana. Fue a finales de 1793 y comienzos de 1794, cuando enfrente del palacio instaló en invierno unos hornos y fabricó los primeros artículos de porcelana. Entonces surgió también un conjunto de una taza y un platillo, con la inscripción de ´Vivat Böhmen´, o sea ¡Viva Bohemia! que data de 1794 y por milagro se ha conservado hasta el presente. Es el artículo más antiguo que se puede ver en la exposición de porcelana en el palacio”.

Muy pronto fue creada una manufactura en la ciudad y ya en abril de 1794 comenzó la fabricación de porcelana en ella. No obstante, los primeros intentos fueron un fracaso. El cura local Franz Petranc lo comentó entonces de la siguiente manera: “Los moldes para la fabricación se derriten, la loza se parte. Pero se dice que los trozos de porcelana traen suerte”. Da la sensación de que el sacerdote confiaba en el éxito de la producción de porcelana en Klášterec nad Ohří.

En los comienzos fue socio de esta empresa el propio conde Thun, que le ofrecía a Weber terrenos para experimentar y le suministraba leña y otro material necesario, así como agua. Pero al ver que la producción de porcelana traía numerosos problemas y no era muy rentable, el conde abandonó este negocio y Weber se quedó con todos los gastos. Tardó un año en fabricar porcelana de calidad, pero entonces tenía ya enormes deudas y se vio obligado a arrendar la manufactura.

El auge de la producción de porcelana

Foto: Klára Stejskalová
En 1797 la alquiló a Kristián None, gracias a quien la fabricación poco a poco comenzó a florecer. Pero Weber entonces había regresado a su natal Alsacia donde falleció en 1801 sin enterarse ya de los éxitos de su fábrica, según sostuvo Kristýna Sladomelová.

”Un marcado florecimiento registró la fábrica de porcelana cuando en 1836 comenzó a trabajar en ella el químico Johan Hillard y luego cuando en 1848 asumió su dirección Carl Lennier, quien logró modernizar la producción de porcelana y transformar los productos en obras de arte. Durante la Primera Guerra Mundial la fabricación fue decayendo por falta de material y nuevamente comenzó a recuperarse hasta a partir de 1921”.

Desde la muerte de Weber la fábrica tuvo varios propietarios, hasta ser adquirida por la familia Thun, quienes la tuvieron hasta 1945. Sin embargo, en vista de la estrecha relación de la producción de porcelana local con esa familia aristocrática, la fábrica de Klášterec nad Ohří lleva hasta el presente el nombre Thun. Y gracias a ello en la ciudad surgió más tarde también el Museo de la Porcelana.

Foto: Klára Stejskalová
La antigua fábrica siguió en funcionamiento hasta finales de los años 60, cuando fue cerrada cediendo paso a la edificación de una carretera. Los últimos edificios desaparecieron en 2001. Pero la producción de porcelana había sido trasladada a otro lugar de la ciudad, situada cerca de la estación de trenes. Desde 2009 forma parte de la sociedad anónima Thun 1794, que tiene otras sucursales en las localidades de Nová Role y Lesov y cuenta con unos 150 trabajadores.

De acuerdo con la guía Kristýna Sladomelová, la fábrica de porcelana de Klášterec nad Ohří se especializa en artículos de uso cotidiano y exporta al mundo entero.

”Se fabrican tanto modelos nuevos de recipientes con decoración moderna como modelos, formas y decoraciones que se utilizaban en el pasado. En el Museo de la Porcelana también está representada tanto la producción histórica como la contemporánea. Los visitantes pueden comparar así lo que se hacía antes, la porcelana histórica, con lo que se fabrica actualmente. En el palacio se exponen igualmente artículos de cristal de la fábrica cristalera Moser, de la ciudad de Karlovy Vary”.

La historia y el presente de la porcelana en 21 salones

Foto: Klára Stejskalová
En el Museo de la Porcelana las muestras ocupan 21 salas, reflejándose en ellas el desarrollo de la porcelana checa desde sus comienzos hasta la actualidad. Los artículos más antiguos llevan en la marca la letra K, que señala la ciudad de Klášterec, en alemán Klosterle y unos cuernos que indican la profesión del fundador de la fábrica, Mikoláš Weber.

En el periodo de 1805 y 1820 la porcelana de Klášterec nad Ohří llevaba decoraciones de oro, así como imágenes y vistas de paisajes. El museo dispone igualmente de antiguos vasos especiales para tomar agua termal, que llevan dibujos de varias ciudades termales checas.

Una de las salas reúne muestras de porcelana de estilo imperio, o sea el periodo entre 1815 y 1830, cuando en la pintura y las decoraciones de carácter diverso se utilizaban temas de la caza y de los animales en general. De gran popularidad eran entonces las patas de león, en las que se inspiraban los fabricantes de muebles, así como de porcelana. En el Museo de Klášterec tienen asimismo una taza que lleva el más antiguo dibujo de Praga hecho sobre porcelana. Aparecen en él la iglesia de Nuestra Señora de Týn, el Barrio Pequeño y el Puente de Carlos.

Más adelante el visitante del Museo de la Porcelana llega a conocer el cambio de los signos en la marca de la porcelana, según nos cuenta Kristýna Sladomelová al recorrer con nosotros los distintos salones del palacio.

Los cambios de los signos en la marca

Foto: Klára Stejskalová
”Aquí se puede ver cómo fueron cambiando los signos en la marca de la fábrica de porcelana. En el siglo XIX la letra K con los cuernos fue reemplazada con las letras TK, que simbolizan Thun-Klášterec porque a partir aproximadamente de 1820 la familia Thun pasó a ser el único propietario de este centro de producción. Y hay aquí asimismo un tazón que lleva el dibujo del palacio local de como era antes del tercer y último incendio de 1856”.

El juego de porcelana más preciado es el que lleva el nombre Thun, y una parte está expuesta en una de las mesas del palacio. Fue fabricado para Josef Oswald Thun, en ocasión de su 40 cumpleaños, por lo que el conjunto fue hecho para 40 personas junto a una sola mesa. En vista del enorme número de sus piezas, el resto se guarda en el Museo de Artes Aplicadas de Praga. En la fabricación fueron utilizados 2.5 kilos de oro. Y cada pieza lleva el emblema de la familia Thun y Salm, debido a que la esposa de Josef Oswald provenía de la familia Salm, señala Kristýna Sladomelová.

”Ese signo estaba protegido en Chequia con una patente y ese juego de porcelana era muy preciado por la familia Thun. Cuando en 1856 estalló el último incendio en el palacio, a la servidumbre le fue ordenado salvar al menos esa porcelana y llevarla al jardín. Gracias a ello se conservó hasta el presente. De seguro el juego tenía un gran valor para los Thun”.

Porcelana checa para Titanic

A pesar de los grandes éxitos de la fábrica de porcelana de Klášterec nad Ohří tanto en los territorios checos como en el extranjero, a mediados del siglo XIX figuraba entre los mejores centros productivos de este género la fábrica de Březová. Su fama se debió entre otras cosas seguramente al hecho de que le fue encargado equipar con juegos de porcelana al gran trasatlántico Titanic. En el Museo de la Ciudad de Karlovy Vary guardan hasta el presente un juego de café, fabricado justamente para el mítico barco. Cada pieza lleva por debajo el signo de la fábrica de Březová y el nombre Titanic.

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