Karromato es una compañía itinerante de marionetas checo-español-húngara, asentada en Chequia, que lleva desde 1997 la tradición de los títeres checos a lo largo del mundo. Radio Praga habló con uno de sus integrantes Kiko Montoto sobre la magia de las marionetas, sus experiencias en el extranjero y el panorama del teatro de títeres en Chequia y España.
Foto: Presentación oficial de Karromato
Quién mueve los hilos del mundo sigue siendo una pregunta sin contestar,
sin embargo, quién los mueve por el mundo ya tiene una respuesta.
Los tres integrantes de Karromato han dado a conocer la tradición clásica centroeuropea del teatro de títeres de madera en más de 30 países de tres continentes y su agenda les garantiza aún más sellos en sus pasaportes.
Uno de los integrantes, el canario Kiko Montoto, se aficionó al mundo de las marionetas tras instalarse en la República Checa a principios de los años noventa, poco antes de que naciera la compañía Karromato, según contó a Radio Praga.
Kiko Montoto, foto: Dominika Bernáthová
“En el 1992 me encontré con un chico húngaro que acababa de terminar
la escenografía en una escuela de marionetas. Me encontré con Pavla, que
es mi compañera y colega de trabajo, y juntos decidimos montar este grupo
de marionetas. Nos interesaba trabajar la tradición, porque aquí existe
esta tradición de construcción de marionetas de madera. Fue nuestro
primer objetivo y es la línea del grupo hasta ahora”.
La compañía viaja con las marionetas por todo el mundo, por lo cual los temas de sus obras tienden a ser universales. Una parodia de representaciones de opera cortesanas del siglo XVIII, fábulas sobre los mágicos rituales antiguos y un espectáculo de circo con acróbatas y payasos, inspirados en varietés del siglo XIX, forman el repertorio actual de Karromato.
Foto: Presentación oficial de Karromato
Al carecer las palabras, el humor universal y la música representan el
hilo dramático de los espectáculos. Manejar las marionetas de modo que
transmitan la esencia de las obras es todo un arte, sin embargo, Kiko
Montoto afirma que la técnica no es el mayor reto.
“Digamos que esto es una técnica como cualquier otra, con tiempo se aprende. La dificultad es evidentemente que tienes que tener la capacidad de poder usar las dos manos distintamente, algo que no todo el mundo lo puede hacer. Pero con entrenamiento la parte más difícil no es precisamente la manipulación y la construcción, aunque son bastante complicadas, sino la dramaturgia para hacer un espectáculo que llegue a todo el mundo. Al no tener que usar las palabras, tienes que conseguir que con las emociones y los movimientos de las marionetas transmitas lo que tú deseas”.
Karromato quiere divertir y hacer sentir al público la sensación de haber vivido una experiencia agradable y elegante. En ocasiones utilizan los títeres también para fines educativos en el marco de diversos proyectos europeos. Aunque algunos asocian el teatro de marionetas a un ocio infantil, Karromato crea sus espectáculos para entretener a todo tipo de público sin diferencia de edad o nacionalidad.
Teatro de sombra, foto: Presentación oficial de Karromato
“Intentamos que no haya una dedicación exclusiva para el teatro de
niños porque consideramos que las marionetas es ante todo teatro y que sea
un teatro para niños es una cosa bastante moderna y no es el aspecto más
natural del teatro de marionetas. En cuanto a los espectáculos infantiles
solo tenemos uno, y fue un trabajo inspirado en un cuento de los hermanos
Grimm, que es básicamente la cultura general centroeuropea como los
cuentos de Caperucita, Cenicienta o el Flautista de Hamelin. Hicimos un
trabajo sobre el romanticismo y aprovechamos que era el bicentenario de
Robert Schuman y hicimos un trabajo con música en directo con un pianista
y un violinista, y nosotros contamos las historias con marionetas y teatro
de sombra. ”, indicó Montoto.
Foto: Presentación oficial de Karromato
¿Tiene el teatro de títeres una ventaja ante un escenario clásico?
Aunque el uso de los símbolos y la expresión mímica pueden ocasionar
problemas de comunicación, el uso de diversos objetos y distintas
escenografías dan lugar a un ambiente extraordinario, que además no
requiere grandes inversiones financieras. Por otro lado, la capacidad
expresiva de la marioneta tiene un aspecto mágico, afirma Kiko.
“A todo el mundo le hace un poco de estremecerse. Tú ves ahí algo que sabes que no está vivo, sin embargo, te está transmitiendo las mismas emociones que te puede transmitir un actor”.
La cultura del teatro de marionetas tiene en la República Checa fuertes raíces. En 1952 la Facultad de Teatro de Praga abrió la primera Cátedra de Títeres del mundo. Chequia puede jactarse de otra primacía mundial, la primera revista consagrada a este tipo de arte. Actualmente existen en la República Checa acerca de 300 conjuntos de amateurs y 12 teatros oficiales.
Foto: Presentación oficial de Karromato “Hay una infraestructura dedicada exclusivamente al teatro de
marionetas. Casi en todas las ciudades importantes checas hay un teatro
oficial con su propia base, su equipo técnico y humano, con cientos de
espectáculos al año. En este sentido, la República Checa se puede
considerar como, si no una meca, pues sí un punto muy importante de
referencia de la marioneta de Europa”.
Sin embargo, Kiko Montoto afirma que el panorama de los teatros de títeres checo ya ha vivido épocas más célebres y espera que vuelvan.
“Cuando vine a Chequia era un momento de euforia en los años noventa, un momento de apertura súper importante no solo en el campo teatral. La sociedad se ha estabilizado a nivel económico, pero ha dejado de tener un poco este empuje creativo que había. Me parece que no hay grandes despuntes. Hay una cultura un poco de consumo, ahora no veo espectáculos de vanguardia, muchas compañías checas de marionetas ya no viajan tanto y los espectáculos que se hacen, aunque tengan una calidad buena para el mercado de aquí, pero ya no lo son tanto para el extranjero. En los años noventa había más compañías viajando y ahora hay menos. Me imagino hora con el auge de compañías independientes eso se mejorará”.
Foto: Presentación oficial de Karromato
En España, el país natal de Kiko Montoto, la situación se ve aún más
complicada. No existen teatros oficiales y la mayoría de las compañías
funcionan independientemente y con escasos recursos financieros.
“Alguna que otra, debido a la calidad de su trabajo o a la organización, recibe algún apoyo del Ministerio de Cultura o de los Ayuntamientos donde residen, pero depende mucho de la venta de los espectáculos al público. Están limitados al público infantil, porque es muy difícil que el público adulto, que no está acostumbrado, vaya a ver un espectáculo de marionetas, a no ser que esté presentado en el marco de un festival o algo importante. Pero existe un concepto que es para niños, se trabaja con escuelas o se trabaja los fines de semana con el público familiar que siempre tienen billetes reducidos. Hay un problema con la financiación”.
Foto: Presentación oficial de KarromatoKarromato llevó las marionetas checas a más de 30 países de tres
continentes. Se ofrece la pregunta si han notado algunas diferencias de
repercusión según las diferentes naciones. Kiko afirma que los elementos
claves de sus espectáculos como la sorpresa, la risa o el miedo se
entienden en el mundo entero y generlamente la aceptación no difiere de un
país a otro. Con el aplauso, sin embargo, no pasa lo mismo.
“En Asia están más tranquilos, pero hacen más ruido con las voces y no palmean. En Europa están callados todo el tiempo porque están educados para el silencio, pero al final aplauden mucho y en Sudamérica no paran de aplaudir todo el tiempo”.
Foto: Presentación oficial de Karromato
Durante el próximo fin de semana Karromato actuará en el festival
'Fun Fest' en Santiago de Chile. Se trata de su primer viaje a
este país andino y los titiriteros aprecian mucho esta oportunidad, ya que
hoy día resulta difícil que una producción pague un viaje tan largo.
Tras la vuelta desde Chile, el conjunto actuará en Gran Canaria, España, y a partir de agosto sus marionetas volverán a estremecer al público checo. Sus próximas paradas serán en la ciudad de Protivín y el festival de experiencias Kefír, en la ciudad de Třebovle.