Hřebejk: ironía, costumbrismo e historia con minúscula

Jan Hřebejk

El cine checo abunda en retratos de la cotidianidad checa con pretensiones realistas, donde el humor es ácido y creíble, y la trama se mueve alrededor de las aparentemente insignificantes vidas de sus protagonistas. Combinados agridulces, como la vida misma, cuyo maestro es el director Jan Hřebejk.

Jan Hřebejk
Las películas de Jan Hřebejk, como la cámara, se apoyan en un sólido trípode. Por un lado la brillante dirección del mismo Hřebejk, por el otro los guiones de su inseparable Petr Jarchovský y ocasionalmente, en tercer lugar, una novela en la que basarse para crear la historia. Al principio eran libros del escritor checo Petr Šabach y más recientemente del popular Michal Viewegh.

En cualquier caso, desde su primer largometraje en 1993, sus trabajos se caracterizan por presentar personajes cotidianos, muy auténticos, en un contexto determinado de la historia checa del siglo XX. Es historia a pie de calle, historia con minúscula.

El debut de Jan Hřebejk fue inesperado: un musical. El director ya no ha vuelto a repetir con este género, aunque la música siguió siendo siempre una parte consustancial de sus películas.

Esta ópera prima, rodada en 1993 se titula ‘Los años del chacal’ (‘Šakalí leta’). A ritmo de rock se describe la vida en un hotel de Praga en el año 1959.

Amores juveniles, encuentros, desencuentros, y el trasfondo histórico de la dictadura comunista, que da cierta trascendencia a la historia. Por ejemplo, uno de los personajes es un agente de la policía política checa. Ya están los elementos que caracterizarán sus próximas películas.

El film fue un éxito de taquilla y se llevó un León Checo a la mejor película, pero de todas formas, muchos consideran su siguiente trabajo, ‘Pelíšky’ (1999), como su mejor obra. El título es una palabra checa de difícil traducción, que hace referencia a la cama en su sentido más cómodo y hogareño.

Y precisamente, ‘Pelíšky’ describe un puñado de historias familiares que se entrelazan en la Praga previa a la invasión soviética de 1968. Y lo hace con una delicadeza, humor y sentido narrativo sencillamente delicioso.

Con ‘Pelíšky’ queda marcado ya el estilo propio de la primera época de Hřebejk. Es decir, el mismo humor, el énfasis en las relaciones personales, familiares, y la misma interacción con una situación política o social hostil, que viene representada siempre por un personaje “colaborador” con el régimen, que aunque negativo, nunca deja de ser humano.

El buen hacer del equipo Hřebejk-Jarchovský consiguió trascendencia internacional con ‘Lo mejor de nosotros’ (‘Musíme si pomáhat’, 2000), película que recibió un León Checo y fue nominada al Oscar para la mejor película extranjera.

‘Tenemos que ayudarnos’ narra la historia de una familia en plena ocupación nazi de Checoslovaquia, que lo arriesga todo para proteger a un judío fugitivo de las autoridades alemanas.

El reparto es parecido al de ‘Pelíšky’, con prácticamente los mismos actores en los papeles protagonistas. Y es que, desde ese momento será habitual ver las mismas caras en las películas de Hřebejk.

Además, en papeles muy parecidos. De hecho, la principal crítica que se le suele hacer al director es el de repetir una y otra vez la misma película, con unos personajes estereotípicos encarnados por Bolek Polívka, Eva Holubová o Jaroslav Dušek.

Un reparto que se vuelve a reproducir en su siguiente largometraje, ‘Pupendo’, de 2003. La historia se desarrolla en los años 80 y cuenta las peripecias de un escultor represaliado por el régimen comunista y apartado de los circuitos oficiales.

Y de nuevo, lo que podría ser un drama se convierte en algo parecido a una comedia. Sobre este tipo de humor tan característico nos habla el guionista de Hřebejk, Petr Jarchovský.

“El humor es para nosotros un medio de decir cosas amargas y tristes. Porque si lo dijésemos amargo tal cual se convertiría en una píldora difícil de tragar”.

A propósito de su actuación en ‘Pupendo’, el actor protagonista, Bolek Polívka, reflexionó sobre el sentido de estas primeras películas de Hřebejk y Jarchovský.

“Siempre me preguntan que cuál es el sentido de mi actuación, y yo siempre respondo que yo no hago mensajes, que yo actúo. Yo no buscaría ningún mensaje, sino tal vez la capacidad de Hřebejk, Jarchovský y su equipo de sentir la época y recrearla de la manera más tangible y de hacer que nos acordemos de hasta los más mínimos detalles”.

Están escuchando el programa de Radio Praga, Cineclub, dedicado en esta ocasión al realizador checo Jan Hřebejk.

Y así, con estas cuatro películas, que abarcan los diez primeros años de carrera de Jan Hřebejk, acaba su primera época. A continuación vendrán historias relativamente distintas.

A partir de ahora desaparece el trasfondo histórico represivo: no más nazismo ni comunismo. Las historias tienen lugar en la actualidad, se aligeran y se centran en las situaciones personales de los protagonistas.

En ‘Sin Ton ni Son’ (‘Horem Pádem’, 2004), Hřebejk y Jarchovský nos presentan la paradójica historia de un hincha de fútbol neonazi que se ve obligado a adoptar a un bebé de origen indio. La película le valió al director su tercer León Checo.

Su siguiente obra, ‘La Bella en Apuros’ (‘Kráska v Nesnázích’, 2006) aborda la problemática sentimental de una hermosa mujer, interpretada por Aña Geislerová, que se debate entre el hombre a quien ama y el hombre a quien le conviene amar. En esta ocasión, el motivo de inspiración para Jarchovský fue el poema del mismo nombre de Robert Graves.

Los críticos de Hřebejk le achacan a esta nueva etapa una mayor ligereza de contenido. Los retazos de vida que componen la historia dejan de revestir esa imagen de normalidad en tiempos difíciles que presentaba la primera parte de su filmografía.

Es el caso también de su siguiente película, ‘Osito’, (‘Medvídek’, 2007), en la que el tema sentimental, en una forma común y corriente, sin la profundidad de ‘La Bella en Apuros’, toma ya todo el protagonismo.

El tema histórico se retoma sin embargo con ‘Yo bien’ (‘U mě Dobrý’, 2008), pero remontándose a una época no tan lejana: los caóticos años noventa. Un periodo que hace honor al refrán de “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

Se trata de una comedia de ingenio, en la que un grupo de amigos intenta timar a unos trileros, es decir, robar al ladrón.

Los años noventa, quizás por ser tan recientes, no son un tema habitual de las películas checas, sin embargo, Jan Hřebejk cree que su retrato de la época puede dar al espectador una perspectiva inesperada de Praga, como nos cuenta.

“Este periodo me parece muy inspirador, el comienzo de los noventa, esta época de esperanza e ilusión. Y me ha gustado mucho situar el ambiente de los protagonistas en la isla de Libeñ, que es muy característico. Un pedazo de naturaleza tan cerca del centro de Praga. Y el otro escenario es el mercado de Vysočany. Creo que la mayoría de los praguenses no sabe cómo es y al ver la película muchos comentan: ¿es esto Praga? Si parece algún lugar de Asia”.

La última obra de Hřebejk vuelve al camino marcado por ‘Osito’. Se trata de ‘Sinvergüenza’ (‘Nestyda’, 2008)

La película narra la situación personal de un hombre de mediana edad, interpretado por Jiří Macháček, que se ve en poco tiempo sin trabajo y echado de casa por su mujer.

El descarado personaje de Macháček, capaz de liarse con la joven niñera de su hija y poco después con una madura cantante retirada, concentra la acción del film como nunca antes se había visto en Hřebejk, que había trabajado siempre con un amplio espectro de protagonistas y vidas cruzadas.

La responsabilidad recae sobre el escritor Michal Viewegh, ya que esta vez Jarchovský utilizó como inspiración su libro ‘Cuentos de Matrimonio y Sexo’ (‘Povídky o manželství a o sexu’).

Así describe Hřebejk los motivos que le llevaron a colaborar con Viewegh para la realización de ‘Sinvergüenza’.

“Creo que el éxito de Viewegh se da porque escribe de un modo comprensible y dinámico, por supuesto con humor. Y narra cosas cercanas a la gente, que pueden entender”.

Hřebejk y Jarchovský siguen trabajando intensamente en futuros proyectos, y posiblemente continúan su reciente ritmo de película por año. Veremos con que nos sorprenden antes de 2010.

Autor: Carlos Ferrer
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