Tras un receso de 500 años regresa a la República Checa el alce

Algo ha cambiado para mejor en la naturaleza checa a la cual regresan en algunas partes el alce, el oso y el lobo.

Tras un receso de 500 años han regresado a la República Checa los alces, mamíferos rumiantes parecidos al ciervo. El núcleo de la población del alce se formó en el país en los años 80. Hoy en día hay varias decenas de ejemplares en Bohemia del Sur y también en los bosques de la comarca de Nymburk, al este de Praga.

La población de alces sufrió dramáticos cambios. En la Edad Media estos animales herbívoros abundaban en el territorio checo. A medida que aumentaba el número de pobladores, bajaba el de los alces porque su carne era un codiciado alimento.

Y después los alces desaparecieron por largos siglos. Venían sólo de visita, procedentes de la vecina Polonia. A un ejemplar le resultó fatal la excursión a las tierras checas: en la comarca de Litomerice, al norte de Praga, fue abatido por un cazador aficionado que lo confundió con un venado.

El alce es un animal de carácter pacífico. Jamás se ha registrado en la República Checa un ataque de un alce a un hombre.

En los bosques de casi todas las regiones naturales protegidas aumenta la población de las lechuzas. A la República Checa regresa para nidificar el halcón. Tras un intervalo de 30 años se ha registrado la presencia de estas aves rapaces en la sierra de Jeseníky y en los Montes Gigantes, al norte del país.

En la comarca de Trebon, en Bohemia del Sur, sembrada de estanques, viven unas 15 parejas de águila marina. Esta ave ha intentado nidificar en Moravia del Sur y se ha registrado la presencia de una pareja en la región del llamado Paraíso Checo.

En los años 80 del siglo 20 surgieron las primeras colonias de cormorán en Moravia y Bohemia del Sur. Desde 1995 los cormoranes pasan cada invierno en el curso inferior del Elba, cerca de la frontera con Alemania.

Otro animal que regresa a la naturaleza checa es el castor. El mayor número de esos animales vive en Moravia del Sur, en la región de Pálava y Lednice. Se ha registrado la presencia del castor también en los meandros del río Morava y en Bohemia Setentrional.

En la República Checa aumenta últimamente la población de muflones... El muflón, originario de Córcega y Cerdeña, fue introducido artificialmente en el territorio checo. De los cotos se ha extendido a la naturaleza libre.

¿Y las fieras? En los montes de Beskydy que se extienden en la frontera este de la República Checa y forman parte de los Cárpatos, tienen su hábitat representantes de la fauna carpática. En los tupidos bosques de Beskydy vive de manera permanente el oso pardo que incluso hiberna en esa sierra situada en el este de la República Checa.

El lobo, un habitante permanente de la sierra de Beskydy desde 1994, prefiere la franja a lo largo de la frontera con Eslovaquia. De vez en cuando algún lobo aparece en la sierra de Jeseníky, en Moravia del Norte, en la frontera con Polonia. El lobo penetra en el territorio checo desde Eslovaquia donde su población está diezmada ya que en el país vecino se permite abatir lobos.

Entretanto, en la República Checa proliferan los zorros. Hace diez años empezaron a colocarse en los bosques cebos con vacuna contra la rabia. Desde entonces aumenta la población de zorros.

¿Y cuál es, por el contrario, la especie más rara de la fauna checa? Los zoólogos afirman que es una diminuta araña denominada Micaria sociabilis. En el mundo se han registrado sólo cinco ejemplares y dos de ellos precisamente en el territorio checo.