La riqueza arqueológica de Praga es inagotable

La riqueza arqueológica de la capital checa es inagotable, tal como testimonian los recientes hallazgos.

Parece que casi cada metro cuadrado de la superficie de Praga encierra algún tesoro arqueológico. Aún hoy, después de decenas de años de exploraciones, las excavaciones en el centro de la capital checa deparan a los arqueólogos gratas sorpresas. Durante las investigaciones realizadas en la Plaza Senovázná los arqueólogos descubrieron vasijas pintadas y doradas de mediados del siglo 17 y recipientes cerámicos intactos, procedentes del siglo XIV.

Las excavaciones fueron realizadas en el marco de la transformación de un banco en hotel cuyo dueño quiere solicitar que le cedan los hallazgos para exhibirlos en una exposición permanente en el establecimiento hotelero. Es que de acuerdo con la ley, las piezas halladas pertenecen al Estado. Suelen ser guardadas en depositarías, de las que salen sólo esporádicamente para ser exhibidas en muestras de corta duración.

Uno de los importantes descubrimientos de la presente temporada en la capital checa ha sido el hallazgo de un taller medieval de fundición de campanas del siglo XV. Los investigadores lo descubrieron al realizar excavaciones previas a la construcción de un edificio en la calle Jungmann, en el corazón de Praga. La céntrica calle Jungmann se llamaba en el pasado "Calle de los Campaneros".

Las excavaciones son realizadas por la sociedad Archaia. Su arqueólogo- jefe, Michal Bures, afirma que el hallazgo más valioso en los diez años de existencia de Archaia es una miniatura en hueso, del siglo 13. La pieza está tallada con tanto esmero y minuciosidad que no tiene paralelo en aquella época. La minúscula obra plástica fue hallada durante las obras en la Casa de Sixto, del siglo XII, ubicada en la Ciudad Vieja de Praga.

En la capital checa trabajan seis entidades que se dedican a las excavaciones arqueológicas previas a las obras de construcción. La obligación de realizar exploraciones arqueológicas en el lugar de la futura obra está estipulada por la Ley sobre los monumentos. En caso de tratarse de un edificio que generará beneficios, como es un hotel, el costo de las excavaciones es sufragado por el inversor.

El arqueólogo Michal Bures destaca que ya quedaron atrás los tiempos del socialismo real cuando los lugares de potenciales excavaciones eran cubiertos por hormigón para que las exploraciones arqueológicas no retrasaran las obras.