Ciencia

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"El cuero artificial Barex", "La canalización de los ríos checos ha resultado contraproducente", "La medicina es capaz de alargar las extremidades"- éstos son los temas que abordaremos en esta edición.

Cuero artificial checoslovaco Barex

El calzado fabricado del cuero artificial checoslovaco Barex apareció en el mercado nacional en los años 70. La tecnología de la fabricación del cuero artificial fue desarrollada por la empresa Fatra, con sede en la ciudad morava de Chropyne. El gobierno checoslovaco de entonces le encargó la creación de un material parecido al cuero artificial producido por Japón. En 1973 la fábrica suministró el primer millón de metros cuadrados de Barex.

En el período del mayor auge de la producción de Barex, este material se fabricaba en Chropyne en tres turnos. La fábrica ha producido un total de 58 kilómetros cuadrados del cuero artificial de patente checoslovaca.

En la pasada década la industria de calzado checa sufrió una profunda quiebra al ser arrollada por la barata producción asiática. La demanda del cuero artificial Barex cayó y la fábrica de Chropyne tiene ahora clientes principalmente en Polonia y Rusia.

El cuero artificial se importa ahora desde China donde se produce con costes sustancialmente más bajos. La fábrica checa planea vender la producción de Barex a otra empresa ya que pretende especializarse en láminas aislantes para la construcción civil.


La rectificación de los ríos resulta contraproducente

Elba,  foto: che,  CC BY-SA 2.5 Generic
La República Checa está situada en "el tejado de Europa". Las aguas de los grandes ríos europeos que nacen en Chequia, abandonan rápidamente el territorio nacional.

El río Elba que nace en los Montes Gigantes, al norte de Bohemia, desagua el 65 por ciento del territorio checo. Sale del territorio checo en Hrensko y después de atravesar Alemania, desemboca en Hamburgo en el Mar del Norte.

El Oder, uno de los mayores ríos europeos, nace en la sierra de Nízký Jeseník, en Moravia. Lleva sus aguas al norte, a la vecina Polonia. Tras hacer muchos kilómetros la frontera entre Alemania y Polonia, el Oder desemboca en el Mar Báltico.

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En el territorio checo no entra ningún curso fluvial caudaloso. En lo que atañe a los recursos hídricos, la República Checa depende de las lluvias y de las precipitaciones de nieve. Los ecologistas advierten de que el agua de que dispone el país sale del territorio nacional cada vez más rápidamente. ¿Por qué?

Porque los cursos fluviales son cada vez más cortos y más rápidos y el agua no se mantiene en el paisaje.

Según los representantes del movimiento ecologista Duha- Arco Iris- la rectificación de los ríos con vistas a mejorar su navegabilidad hizo que los cursos fluviales hayan abandonado sus cauces naturales y los meandros hayan sido sustituidos por tramos rectos.

Como resultado de esta rectificación, la longitud de los ríos checos se ha reducido en los últimos cien años en un tercio. El agua sale del paisaje checo más rápidamente que cuando fluía despacio por los meandros.

Al mismo tiempo desaparecen los humedales y la tierra se cubre por superficies cada vez más extensas de asfalto y hormigón. Los ecologistas abogan por que el gobierno checo invierta más dinero en la renovación de espacios verdes, de cauces fluviales con meandros y de humedales.


Alargamiento de extremidades

La medicina moderna es capaz de hacer verdaderos milagros. En la Clínica Ortopédica del hospital universitario de Bulovka, en Praga, son capaces de alargar las extremidades.

A la clínica se ha dirigido, por ejemplo, un muchacho que tiene una pierna casi 40 centímetros más corta que la otra. Llegó apoyándose en muletas, pero los médicos prometen que podrá andar normalmente.

Los médicos realizan el alargamiento de piernas por etapas: a los tres y a los ocho años y después en la pubertad del paciente. Es curioso que en el proceso del alargamiento el fémur crece diariamente un milímetro.