Inauguran en Chequia el proyecto CzechGlobe sobre el cambio climático

Decenas de científicos europeos participan en el proyecto CzechGlobe, que se realiza en la República Checa. Su objetivo es responder preguntas concretas sobre el cambio climático global y sus impactos ambientales, sociales y económicos.

Los expertos checos del Instituto de Biología y Ecología de la Academia de Ciencias obviamente no comparten el escepticismo del presidente Václav Klaus en cuanto al calentamiento global.

La semana pasada inauguraron un gigantesco proyecto titulado CzechGlobe, que tiene por finalidad demostrar que nuestro planeta sí es verde y que depende de nosotros si lo seguirá siendo en el futuro.

En una entrevista para la Radiodifusión Checa, el director del proyecto, Michal Marek, resumió los objetivos principales del programa.

“El proyecto CzechGlobe buscará la respuesta a tres preguntas fundamentales: primero, si la atmósfera del planeta es capaz de absorber los gases de efecto invernadero que producimos; segundo, si los ecosistemas actuales de la Tierra pueden aguantar tanta carga; y tercero, si todos estos cambios pueden influir en la opinión pública sobre el desarrollo sostenible”.

Las investigaciones dedicadas a la atmósfera comprenderán análisis de la variabilidad climática, estudio de modelos computarizados de las condiciones atmosféricas, observación de los impactos de los gases de efecto invernadero sobre diferentes ecosistemas y monitoreo de la circulación de estos gases en la atmósfera.

En el estudio centrado en los ecosistemas se utilizarán los llamados métodos metabolómicos que permiten pronosticar las reacciones de las diferentes especies vegetales ante los cambios climáticos.

Michal Marek
Además, los científicos de CzechGlobe contarán con un laboratorio aéreo, según destacó Michal Marek.

“El laboratorio aéreo nos permitirá monitorear ciertos cambios en los ecosistemas y, sobre todo, observar el transcurso de algunos procesos. Para poner un ejemplo, nos permitirá identificar con bastante rapidez la variabilidad temporal y espacial de la capacidad del ecosistema de almacenar el carbono o soltarlo”.

Finalmente, los expertos en cuestiones socio-económicas estudiarán las reacciones de la sociedad ante la problemática del cambio climático, y sus impactos económicos.

Además de estos tres programas principales, CzechGlobe realizará algunas investigaciones innovadoras, según comentó Marek.

“Queremos centrar nuestra atención en los métodos de eliminación biológica de dióxido de carbono y en el desarrollo de biocombustibles de tercera generación, es decir, aquellos que funcionan a base de organismos autótrofos fotosintéticos, así como en los sistemas de producción de biomasa y fuentes de energía alternativas”.

CzechGlobe tiene su sede en la ciudad morava de Brno. Además de las infraestructuras ya existentes de la Academia de Ciencias, se construirán dos edificios nuevos: un pabellón en el que se realizarán las pruebas metabolómicas y el cultivo experimental de plantas; y una torre de 150 metros de altura que se construirá en la estación hidrometeorológica Košetice y que servirá para monitorear la concentración de los gases de efecto invernadero.

Por el momento participan en el proyecto unos 50 científicos checos y extranjeros. Según Marek, su número se duplicará en los próximos meses.

“Visitamos las diferentes universidades europeas con el fin de convencer a los estudiantes más talentosos para que participen en el programa. Además hemos lanzado una campaña dirigida hacia los científicos experimentados. Nuestra ambición es conseguir a unos 100 o 120 expertos”.

El programa CzechGlobe es concebido desde el principio como un complemento del proyecto europeo ICOS (Integrated Carbon Observation System) cuyo objetivo es monitorear y analizar la concentración de gases de efecto invernadero en el Viejo Continente. Por eso es financiado, en su mayoría, de los fondos europeos.

Expertos de la NASA ya han anunciado estar interesados en los resultados de las investigaciones.