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En las zonas más altas de las montañas Krkonoše los turistas deberían extremar las precauciones por las heladas, según ha advertido el Servicio de Montaña. Las condiciones climatológicas han provocado que este sábado no funcione temporalmente el teleférico que va a Sněžka, la montaña más alta de Chequia.

Los meteorólogos esperan que la región siga afectada por cielos nublados y chubascos durante todo el día, con vientos de hasta 90 kilómetros por hora en las zonas más altas.

Este fin de semana terminará el período de extremo calor para estas alturas del año y a comienzos de la semana venidera las temperaturas bajarán bruscamente, de acuerdo con las previsiones del Instituto de Hidrometeorología. Se prevé que a partir del martes las temperaturas máximas diurnas no sobrepasarán los 10°C y durante el mes de noviembre irán bajando más todavía.

Para las cuatro semanas posteriores al 4 de noviembre se esperan fuertes lluvias y también intensas nevadas. La temperatura media normal en la República Checa durante el periodo del 28 de octubre al 24 de noviembre suele oscilar entre los 3°C y los 5.2°C.

Más de 20 000 hogares checos están sin suministro de energía debido a los fuertes vientos que azotaron el país. La mayoría de los problemas se registran en la región de Bohemia Central, como señaló la portavoz de la compañía energética ČEZ, Soña Holingerová, a la Agencia de Noticias Checa.

Las fallas son causadas por la caída de ramas y árboles sobre las líneas eléctricas. Los empleados de ČEZ están trabajando en el restablecimiento del suministro de electricidad sobre el terreno.

Según la portavoz de la compañía E.ON, en la región de Moravia la situación no es grave.

El Instituto Hidrometeorológico Checo (ČHMI) ha publicado una alerta para el día lunes, ya que se esperan fuertes vientos en la mayoría del territorio nacional.

Se estima que el viento puede alcanzar hasta 90 km por hora e impactos de hasta 110 km por hora en las montañas. Los expertos recomiendan no realizar caminatas por las zonas montañosas

No se descarta que el viento pueda dañar árboles y bosques, y también puede causar daños menores a los edificios.

Los meteorólogos recomiendan que las personas aseguren las ventanas y puertas, así como los invernaderos y objetos sueltos que puedan resultar peligrosos.

En la localidad de Jezerní Slať que se encuentra situada en la sierra de Šumava, en el sur de Bohemia, la temperatura cayó a -8.7°C en la noche del jueves a este viernes. A su vez, en otro lugar de Šumava, en la Rokytská Slať, los termómetros marcaron -7.9°C.

Leves heladas fueron registradas en la madrugada de este viernes en la mayor parte del territorio de Bohemia del Sur. Por ejemplo, en la localidad de Borkovice marcaron -2.9°C y en ciudad de Tábor 0.2°C. A su vez, en la ciudad de České Budějovice la temperatura fue de 1.4°C. Los meteorólogos prevén que durante este viernes los termómetros en el sur de la República Checa marquen entre 14°C y 17°C.

El primer ministro checo, Andrej Babiš, considera necesario prepararse para el cambio del clima, pero acceder a este problema de forma realista. La lucha contra el cambio climático no debería transformarse en algo fanático. Babiš lo dijo en una conferencia sobre el cambio climático celebrada este martes en la sede de la Cámara Baja checa, en vísperas de la cumbre sobre el tema a tener lugar el 23 de septiembre en Nueva York.

De acuerdo con Babiš, Chequia, apoya las exigencias para la reducción de los gases de invernadero, pero insiste en que los previstos cambios económicos deben ser efectivos y también justos en lo financiero, o sea que su carga debe repartirse entre los diferentes estados de forma justa. El jefe del Gobierno checo recalcó que junto con la lucha contra el cambio climático no hay que olvidarse de la importancia de la capacidad competitiva de las economías de cada país.

La temperatura media del verano 2019 en Chequia fue de 19.5°C, lo que quiere decir que fue el más caluroso desde 1961. Entre junio y agosto las temperaturas fueron 2.5°C más altas que otros años, según informó el Instituto de Hidrometeorología Checo.

Las temperaturas del mes de junio sobre todo contribuyeron a que el verano de este año fuera el más caluroso de los últimos 58 años. La temperatura máxima diurna del año en curso fue registrada el 26 de junio en la estación de medición Doksany, al noroeste de Praga, y fue de 38.9°C.

El Instituto de Hidrometeorología checo ha lanzado una advertencia ante fuertes lluvias que podrían presentarse a partir de la noche del domingo y hasta las dos de la tarde del lunes en las zonas al noreste de la República Checa. A causa de las intensas lluvias podrían desbordarse algunos ríos más pequeños e inundar los pueblos cercanos.

El primer grado de alerta es válido para los ríos de la zona al pie de los montes de Beskydy, en el norte de Moravia. Amenazadas por las intensas lluvias están las regiones de Olomouc y Moravia-Silesia, así como los distritos de Rožnov pod Radhoštěm, Vsetín y Valašské Meziříčí.

La estación de medición de las temperaturas del Clementinum ha registrado este año el verano más cálido de su historia, es decir, desde su fundación en Praga en 1775, según han informado los meteorólogos en la web Infomet.cz.

Desde principios de junio hasta finales de agosto, la temperatura media registrada por esta estación ha sido de 22.9 ºC, lo que supone dos décimas más que el máximo anterior, que se alcanzó el año pasado.

En septiembre debería haber temperaturas superiores a la media para esta época del año, según un pronóstico regular de cuatro semanas emitido por el Instituto Hidrometeorológico Checo.

Esto a pesar del hecho de que enla primera semana del mes las temperaturas caerán hasta 16 grados después de varios días de más de 30 grados Celsius.

Las precipitaciones en deberían responder al promedio a largo plazo, dijeron los expertos.