El Banco Nacional Checo intervino para devaluar la corona checa con el
propósito de evitar que se diera en Chequia una deflación, es decir, una
reducción general de precios, lo que podría haber dañado de forma
crónica la economía, según declaró el vicepresidente de la entidad,
Vladimír Tomšík, en la Televisión Checa. Tras el anuncio de la
intervención esta semana, el Banco Nacional no necesitó vender coronas
para conseguir la devalución, el mercado reaccionó por sí solo y este
domingo el cambio se situaba en 26,97 coronas por euro, exactamente el
objetivo del Banco. De acuerdo con el presidente de la Unión de Industria
y Transporte, Zbyñek Frolíka, el peligro de deflación ha sido
sobrevalorado y además la entidad ha actuado de manera sorpresiva, lo que
va en contra de la mayor parte de las empresas del país.