El puente de piedra checo más antiguo se encuentra en Písek

Foto: Zdeňka Kuchyňová

El puente de piedra checo más conocido lleva el nombre de Carlos y se encuentra en Praga. Pero el puente más antiguo lo encontrarán en la ciudad de Písek, a unos 110 kilómetros al sur de la capital checa. La construcción, que une las orillas del río Otava desde el siglo XIII, se llama oficialmente el Puente de Piedra. Los vecinos de Písek lo llaman generalmente el Puente Viejo, aunque antes lo llamaban el Puente del Ciervo. El mamífero rumiante robó el protagonismo al rey Otakar II de Bohemia en cuanto al nombre de la obra.

El ciervo que se adelantó al rey

Foto: Zdeňka Kuchyňová
Písek significa en español ‘arena’. El nombre de la ciudad fundada en el siglo XIII señala que la localidad era en el Medioevo un importante lavadero de oro.

“Los reyes checos fundaron la ciudad de Písek en la primera mitad del siglo XIII, sobre todo, para proteger los lavaderos de oro. Como el metal precioso se extraía aquí principalmente de la arena, la ciudad recibió el nombre de Písek”, indicó nuestra guía Edita Kučerová.

El puente de Písek de estilo gótico fue construido en el siglo de la fundación de la ciudad como un importante punto estratégico del llamado Sendero de Oro por orden del rey Otakar II de Bohemia. Aunque la fecha exacta de su inauguración se desconoce.

La leyenda dice que la obra debió recibir el nombre de su fundador, pero al final no fue así.

Tomáš Poskočil  (a la izquierda),  foto: Zdeňka Kuchyňová
“Se acordó que el puente recibiría el nombre del primero que lo atravesase. La orilla izquierda del río no estaba urbanizada, entonces sólo había bosques. El rey decidió organizar allí una cacería antes de su llegada a la ciudad. Se suponía que el rey llegaría el primero al puente y realizaría una marcha triunfal por la construcción que así recibiría su nombre. Pero uno de los ciervos que huía se saltó la valla que protegía la entrada al puente y lo atravesó antes que el rey. Así, la gente lo llamó durante siglos el Puente del Ciervo”, cuenta Tomáš Poskočil.

Esculturas de arena surgen anualmente en las orillas del Otava

El puente de piedra de Písek mide 111 metros. Originalmente había en sus extremos dos puertas, que sin embargo desaparecieron con el tiempo.

En el siglo XVIII fueron instaladas en el puente esculturas de estilo barroco. Hoy día podrán ver en el lugar sólo sus copias, los originales fueron depositados en el Museo de Prácheñ.

En las orillas del río Otava se esculpen además cada año esculturas de arena. Para el 2015, el tema de las obras está claro: el 600 aniversario de la muerte en la hoguera del reformador de la Iglesia, Jan Hus.

“Debido al aniversario el tema es el Písek de los husitas. Este motivo lo representa la primera estatua que tenemos este año aquí. Después hay una escultura a Jan Žižka, que residía en esta ciudad con más frecuencia que en la cercana localidad de Tábor, donde había de continuo enfrentamientos y combates. Para los husitas era más seguro ubicarse aquí. Otra de las obras representa el vagón de guerra de los husitas. También tenemos aquí al gobernador local Matěj Louda de Chlumčany. Era el responsable de las famosas tinas en las que los habitantes entregaban sus bienes en beneficio de la ciudad”, dijo Tomáš Poskočil.

La Guerra de los Treinta Años causó grandes estragos en Písek

Puente de Písek,  foto: Zdeňka Kuchyňová
A Matěj Louda de Chlumčany lo representa también una de las antiguas pinturas plasmada en una casa adyacente.

La obra muestra al antiguo gobernador de Písek atravesando a caballo el Puente de Piedra. En el fondo se perfila el panorama de la ciudad que entonces contaba con un castillo de dos torres.

También otras pinturas muestran escenas importantes de la historia de la ciudad.

“Hay una escena que muestra la conquista de la ciudad en 1619, o sea a principios de la Guerra de los Treinta Años. Fue una época muy mala para Písek. La ciudad fue conquistada tres veces y muchos de sus habitantes murieron. El último cuadro muestra a Diana, diosa de la caza, porque en las cercanías de Písek hay muchos bosques. Por eso era uno de los lugares preferidos de caza de los reyes fundadores”, dice Edita Kučerová.

El león conmemora a los soldados caídos en Solferino

Foto: Barbora Kmentová
La historia de la ciudad la conmemora también la estatua de un león, creada en honor a los aproximadamente 900 soldados del batallón de Písek caídos en la batalla de Solferino en 1859. Este combate más tarde impulsó la fundación de la Cruz Roja Internacional.

El león, que representa a los soldados que luchaban ahí como leones, lidia con dos serpientes. Estos representan a los enemigos del Imperio austrohúngaro en esa guerra, es decir el Reino de Cerdeña y Francia.

El monumento del autor Emanuel Max está situado cerca de la céntrica Iglesia del Nacimiento de la Virgen.

La Virgen que salvó a Písek de la ocupación francesa

Como hemos dicho, Písek fue el segundo centro más importante de los husitas, después de Tábor. En la mencionada iglesia de estilo gótico predicaba el obispo de la Iglesia husita.

La iglesia del Nacimiento de la Virgen,  foto: Zdeňka Kuchyňová
“Písek rechaza entonces la autoridad mayor real. Se puede decir que aquí existió una República Husita durante 32 años. En la ciudad se radicó el único obispo de la Iglesia husita, Nicolás de Pelhřimov, que predicaba en la Iglesia del Nacimiento de la Virgen, que permaneció utraquista hasta la Batalla de la Montaña Blanca, en 1620, es decir, durante más de doscientos años”, mencionó Edita Kučerová.

En el altar se encuentra el cuadro de la Virgen de Písek. Sobre esta obra se dice que salvó la ciudad a mediados del siglo XVIII durante la Guerra de Sucesión Austriaca. Los habitantes rezaban a la pintura hasta que Písek fuera liberado de la ocupación francesa en 1742.

Sin embargo, hoy día se encuentra en el altar solo una copia. El original fue robado en 1975 y desapareció sin dejar rastro.

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