El Palacio de Dobříš, lugar de descanso para los escritores afines al régimen

Palacio de Dobříš, foto: Miloš Turek

En esta edición de nuestro espacio regular Radioviajes visitaremos el Palacio de Dobřiš propiedad de la familia Colloredo-Mansfeld, pero que durante el régimen comunista fue dominio del Sindicato de escritores checoslovacos.

Palacio de Dobříš,  foto: Miloš Turek
Situado a tan sólo 40 kilómetros de Praga, el Palacio de Dobříš ha sido a lo largo de los años un lugar de un gran atractivo gracias a su situación geográfica, bellos parques que lo rodean, y por sus espléndidos interiores.

La guía del lugar, Michaela Rozšafná, narró cómo surgió la idea de construir esta maravillosa edificación.

“La ciudad de Dobříš se encontraba en la llamada ‘Ruta del Oro’. Esta representaba una importantísima vía de comunicación entre Bohemia e Italia. Gracias a ello se da impulso a la construcción del palacio renacentista a finales del siglo XVI que compra Bruno Mansfeld en 1630”.

Michaela Rozšafná,  foto: Zdeňka Kuchyňová
A finales del siglo XVII el palacio se convierte en sede permanente de Mansfeld y ofrece un aspecto barroco. No obstante, un terrible incendio acaba con aquella perla arquitectónica.

Veinte años necesitó Jindřich Mansfeld para construir el nuevo palacio según planos de arquitectos y decoradores franceses. Parte del palacio son dos parques: uno al estilo francés, con una extensión de dos hectáreas, y el otro, de 30 hectáreas, es de estilo inglés.

Pocos años después la hija del constructor del palacio contrajo matrimonio con Francisco Gundaccar Colloredo y fue así como surgió la unión de las familias Colloredo-Mansfeld. A María Isabella se le atribuyen poderes especiales, según sostiene la guía de Dobříš.

Palacio de Dobříš,  foto: Zdeňka Kuchyňová
“María Isabella, se dice que sus ojos eran capaces de penetrar el pensamiento de las personas que la miraran y descubrir qué tipo de intenciones ocultan, sean buenas o malas. Aquí tenemos un retrato que se dice es capaz de hacer lo mismo”.

La familia Colloredo-Mansfeld dispuso del Palacio de Dobřiš hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial cuando les fue confiscado por los ocupantes nazis y habitado durante algún tiempo por Kurt Daluege, oficial de las SS.

Una vez terminada la ‘Gran Contienda’ el Palacio de Dobříš quedó en manos del régimen comunista que lo puso a disposición del Sindicato de Escritores checoslovacos.

Palacio de Dobříš,  foto: Zdeňka Kuchyňová
Los escritores afines al régimen comunista utilizaban el Palacio de Dobřiš como centro de recreación, descanso y para escribir. Las estancias oscilaban entre una semana y en casos excepcionales podían llegar a meses.

Durante esa época, que se prolongó casi 50 años, el Palacio estuvo cerrado por completo al público, únicamente los privilegiados tuvieron acceso.

Para recordar aquellos días los dueños decidieron dejar acondicionada una habitación con el aspecto de entonces y abrirla al público, indicó la guía Michaela Rozšafná.

Palacio de Dobříš,  foto: Zdeňka Kuchyňová
“Durante sus estancias en el palacio, los escritores podían recorrer las instalaciones sin ninguna limitación. Las habitaciones se encontraban en el ala norte, que funciona actualmente como hotel”.

La familia Colloredo-Mansfeld recuperó el palacio en 1998, tras un pleito que tardó seis años. El dueño actual Jerome Colloredo-Mansfeld reside en Austria, pero visita Dobříš regularmente, donde mantiene algunas habitaciones para su uso personal.

En la mayoría de los salones y habitaciones los visitantes pueden ver fotografías que muestran el aspecto original de los recintos a principios de los años 20 del siglo pasado y pueden comparar lo bien logradas que están las restauraciones.

Entre las particularidades del lugar se puede mencionar un tapete del siglo XVIII que se ha conservado hasta la fecha, señala la guía.

Palacio de Dobříš,  foto: Miloš Turek
“Se trata de un tapete del año 1770. Es algo realmente increíble ya que nunca ha tenido que ser restaurado. Muestra escenas de un tipo de caza con perros bastante brutal prohibida por el emperador José II a finales del siglo XVIII”.

En el tapete se puede ver el aspecto original del Palacio de Dobříš, entonces era de color blanco, pasó a ser amarillo a principios del siglo XX, y todo parece indicar que así permanecerá por muchos años más.

Las personas que decidan visitar Dobříš podrán recorrer sus interiores con un guía, pasear los jardines, comer en su restaurante y los más exigentes podrán alojarse directamente en el lugar.

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