Nace en el zoo de Praga una cría de gorila por sorpresa

Shinda co su cría, foto: presentación oficial del Zoo de Praga

La familia de gorilas que vive en el zoo de Praga se ha incrementado de manera inesperada, al dar a luz la hembra Shinda, que padecía problemas hormonales. El personal del zoo ni siquiera sabía que estaba embarazada. Hemos hablado sobre la historia de este particular nacimiento con uno de los criadores, Vít Lukáš.

Shinda co su cría,  foto: presentación oficial del Zoo de Praga
Cuando a las ocho de la mañana rompió aguas, los criadores no lo podían creer. La hembra gorila Shinda, que tras diez años en el zoo de Praga parecía que nunca podría quedarse preñada, estaba comenzando a parir. Así describió a Radio Praga aquella mañana del 23 de abril uno de los responsables, Vít Lukáš.

“En ese momento la encerramos. Se quedó con el grupo porque lo que más necesitamos en ese momento es que todos se queden calmados, que haya buena onda en el grupo. Y la observamos. Estuvimos contando las contracciones, los intervalos. Y eso fue desde las ocho de la mañana hasta las 12:48. A esa hora ya parió en los dormitorios. Fue increíble verlo de primera. No estábamos seguros si estaba bien, porque estaba de espaldas a nosotros, se metió bajo una cama ahí. Y vimos mucha sangre, no más. De repente escuchamos el llanto, la cría estaba llorando un poco, y vimos una pata y la contracción de los dedos. En ese momento estuvimos muy felices, muy emocionados todos”.

Este pequeño milagro, en palabras de Lukáš, todavía no tiene nombre. El zoológico de Praga seguramente se lo pondrá implicando al público en el proceso, explica.

Lukáš Vít,  foto: Carlos Ferrer
“No tiene nombre porque aún no estamos seguros del sexo. Estamos casi convencidos de que es un macho, pero tenemos que tener la certeza, obviamente, para no ponerle un nombre de hembra si va a ser macho al final o al contrario. Y lo más probable es que el nombre lo vayamos a buscar con la ayuda del público. Usualmente lo hacemos. Cuando nació la última cría, tres años atrás, Nuru, ahí votó la gente del público y nos llegaron 14.000 ideas sobre el nombre, propuestas, y de ellas tomamos las diez que más que nos gustaron, y de ellas los cuidadores seleccionaron el nombre ganador”.

Desde el día siguiente al parto, los visitantes del zoo de Praga pueden acercarse a ver la cría de Shinda al pabellón de los gorilas, ya que esta se halla integrada en la manada desde el primer momento.

Shinda co su cría,  foto: presentación oficial del Zoo de Praga
La presencia de humanos no molesta a los animales y, además, supone toda una lección de cómo un grupo de gorilas se comporta con las crías. El padre, Richard, una vez que comprobó que el pequeño estaba bien, se desatendió de su cuidado, mientras que su tía, Kijivu, hermana de Shinda, es de momento la única hembra a la que Shinda ha confiado a su hijo.

De acuerdo con Lukáš, Shinda es una madre estupenda, aunque a veces un poco torpe.

“La cría está muy bien, está fuerte desde un principio. Shinda es muy buena madre pero a la vez es muy dura, muy ruda. Por ejemplo, a veces los gorilas cargan las crías en su espalda, pero después de varias semanas, un mes, dos meses. Shinda ya al día siguiente la agarró de la mano y se la echó volando a la espalda, la cría llorando, pero no importa, yo la echo ahí, y caminaba con ella mostrándola a todo el mundo. Y bueno, Shinda es el gorila mejor aquí para comer, y la cría parece que salió a su madre, porque en comparación con otras crías que hubo acá anda buscando siempre la pechuga y quiere tomar la leche”.

Un embarazo inesperado

Durante los ocho meses y medio que duró la gestación, el personal del zoo no sospechaba que Shinda pudiera estar preñada. El motivo principal es que, aunque los criadores siguen el ciclo menstrual de las gorilas, en el caso de Shinda este es altamente irregular por un problema de salud que se remonta a su llegada al zoo, detalla Lukáš.

Shinda co su cría,  foto: presentación oficial del Zoo de Praga
“Esta hembra tuvo un implante anticonceptivo, hace más o menos doce o diez años atrás, lo intentamos sacar, pero nunca se encontró. Lo tenía ella y su hermana Kijivu. Ambas llegaron de Australia para reproducirse aquí. En Kijivu lo encontramos, y sacamos el implante, pero en Shinda nunca se encontró. Entonces es probable que como ella tuvo el implante mucho tiempo, mucho más tiempo de lo requerido, eso influyera en su fisiología y afectara a su sistema hormonal. Durante todos esos años ella o no podía quedarse preñada o perdía la cría muy tempranamente, hubo varios abortos durante esos años”.

Tampoco era posible saberlo a partir de su aspecto físico. Como ya ha mencionado Vít Lukáš, Shinda es buena comedora, y la barriga quedó disimulada con su sobrepeso.

“Es una hembra que sufre de ser más gorda que las demás hembras. En promedio tiene 15-20 kilos más que cualquiera de las otras hembras que tenemos aquí. Y la verdad es que con el peso va para abajo y para arriba. Durante todo el año cinco o seis kilos para arriba o para abajo”.

La familia de gorilas del zoo de Praga,  foto: Khalil Baalbaki,  ČRo
Al mismo tiempo, tampoco fue posible observar ningún cambio sustancial en su comportamiento. Aunque una gorila preñada se retrae y puede ser menos sociable, Shinda estaba pasando justo en esa época por un mal momento, por lo que los criadores pensaron que, simplemente, estaba algo deprimida.

“Fue la hembra dominante en el grupo. Siempre hay un macho dominante, el espalda plateada, que es como el jefe del grupo, y las hembras también tienen cierta jerarquía, y esta fue la número uno. Pero hace unos años atrás empezó a perder su posición, y eso fue principalmente porque las hembras que la seguían la bajaron de esa posición, básicamente porque Kijivu, su hermana menor, tuvo cuatro crías, y es la favorita de nuestro espalda plateada. De hecho a él le gusta mucho, siempre la busca para aparearse. Shinda nunca fue su favorita, de hecho nunca le gustó, y cuando quería aparearse con él tenía casi que obligarle. Andaba con un palo, tocándolo con él y diciéndole: anda, póngale”.

Una reina destronada

La familia de gorilas del zoo de Praga  (Richard a la izquierda,  Bikira en el medio),  foto: Rostislav Stach,  ČRo
Shinda, antes del parto, se había convertido en una sombra de lo que fue. Lukáš recuerda que como líder de las hembras, la gorila había sido ejemplar, por su carácter tranquilo y capacidad de cooperación, y pone un ejemplo.

“Antes era muy segura, muy dominante, andaba aquí parada: yo soy la jefa. Fue muy bueno para todo el grupo, y para nosotros también, para cualquier cosa que pasó aquí. Por ejemplo durante las inundaciones de 2013 ella nos ayudó a remover a todo el grupo: las hembras, las crías, empujarlas hacia la torre que tenemos especial contra las inundaciones. Entonces siempre era el líder que nos ayudaba a mantener el equilibrio y resolver situaciones desagradables”.

Desplazada en las preferencias sexuales de Richard, y viendo como perdía estatus respecto a las otras hembras, el haber podido dar a luz una cría puede significar un nuevo cambio en el orden jerárquico de la manada. De hecho la autoestima de Shinda se ha visto tremendamente reforzada, nos cuenta Vít Lukáš.

Pabellón de gorilas del zoo de Praga,  foto: presentación oficial del Zoo de Praga
“Todos estos años vimos en ella lo mucho que quiere tener una cría. Cuando nació otra cría aquí la miraba con celos. Era muy buena tía. Los gorilas funcionan perfectamente como tías. Desde un principio, si una necesita ayuda porque quiere descansar o va a beber agua. Sin embargo siempre vimos que estaba muy triste, muy preocupada por el tema. Ahora que parió a los cinco minutos la vimos ahí sentada como la reina: aquí me tienen, ya tengo mi cría, y aquí mando yo otra vez”.

La familia de gorilas del zoo de Praga está formada, además de por Richard y Shinda, por las hembras Kijiva, Kamba y Bikira, así como por las crías Kiburi y Nuru. Shinda nació en 1991 en el zoo de Apledoorn, Países Bajos.

Autor: Carlos Ferrer
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