Hace 20 años el miedo al pasado estremeció a Checoslovaquia

Antikomunistisches Plakat

El fracasado golpe de Estado en la antigua Unión Soviética hace 20 años; la escasez de los alumnos de secundaria; ingenieros de Škoda Auto realizan prácticas en China. Estos son algunos de los temas abordados por la prensa nacional este viernes.

“El último suspiro de la Hidra Roja”. Bajo este título Lidové Noviny recuerda los sucesos ocurridos hace 20 años en la antigua Unión Soviética.

El 19 de agosto de 1991 un grupo de comunistas radicales intentó organizar un golpe de Estado con el objetivo de parar las reformas impulsadas por el presidente soviético Mijaíl Gorbachov.

Praga seguía con preocupación la situación en Moscú temiendo que pudiera repetirse el año 1968 cuando las tropas del Pacto de Varsovia invadieron el país.

El entonces ministro de Defensa checoslovaco, Luboš Dobrovský, recuerda en Lidové Noviny: “Seguimos la radiocomunicación entre las tropas soviéticas. Estuvimos preparados defender la frontera oriental contra los invasores y también contra una posible ola de emigración de civiles”.

Después de cuatro días, los golpistas se rindieron. Mijaíl Gorbachov regresó de su asilo temporal en Crimea para continuar el proceso de democratización de su país. A fines de 1991 la Unión Soviética se desintegró.


Las escuelas secundarias enfrentan una gran escasez de alumnos, informa Právo. Actualmente, el número de estudiantes alcanza el 65% de la capacidad de los colegios y el próximo año será aún menos.

La situación se debe a que a las escuelas secundarias llegan los jóvenes nacidos en la segunda mitad de los años 90, cuando se registró en el país un brusco hundimiento de la tasa de natalidad.

Los expertos recomiendan mantener las escuelas cueste lo que cueste para no repetir el mismo error que en el caso de las guarderías infantiles. Hace años se cerraron decenas de parvularios, que hoy día hacen falta, indica el rotativo.


Los checos aprenden a fabricar automóviles en China, escribe en portada el diario Mladá Fronta Dnes. La empresa Škoda Auto dejó de enviar a sus empleados a la vecina Alemania. Ahora hacen prácticas en China.

“El Gobierno chino invierte elevadas sumas en la industria automovilística. Gracias a ello, sus fábricas están entre las más modernas a nivel mundial”, explica Bohdan Wojnar, director de Recursos Humanos en Škoda Auto.

Durante tres meses, ingenieros checos aprenderán en la ciudad china de Dalian a proyectar y construir un nuevo tipo de caja de cambios, que se comenzará a fabricar a partir del próximo año en Chequia.

Según Mladá Fronta Dnes, es una muestra más de la creciente globalización de la empresa checa. Actualmente, unos 150 de sus empleados trabajan en alguna sucursal en el extranjero. La dirección de la empresa planea duplicar este número en los próximos años.

A pesar de que ofrece excelentes condiciones laborales y un salario competitivo, el interés por trabajar en el extranjero es muy bajo entre los checos. “Estamos entre los europeos menos dispuestas a trabajar fuera del país”, lamenta Bohdan Wojnar de Škoda Auto.