Jan Svankmajer, el genio de lo absurdo

Jan Svankmajer con su esposa Eva, foto: CTK

Jan Svankmajer ocupa un lugar excepcional en la cinematografía animada contemporánea. Sus películas, marcadas por el surrealismo y una inclinación acentuada hacia todo lo absurdo, fueron laureadas en muchas partes del mundo. Además de director fílmico y animador, Jan Svankmajer es también artista gráfico, escultor, poeta y diseñador. Esta fenomenal figura del cine checo cumplió en estos días 70 años.

Jan Svankmajer con su esposa Eva,  foto: CTK
Jan Svankmajer es considerado como un visionario fílmico. Desde el inicio de su carrera profesional emprendió su propio camino, lleno de experimentos e ideas originales, con lo que logró apartarse por completo de los métodos y las corrientes comunes en el cine. El artista fue laureado en numerosos festivales internacionales. Pese a ello, considera la concesión de los premios como una cuestión ridícula.

En 2001, cuando la Academia de Cine y Televisión Checa proclamó su película "Otesánek" como la mejor del año, afirmó: "Los premios se basan siempre en una elección democrática. No obstante, el arte no tiene nada que ver con la democracia, puesto que el arte es una cuestión subjetiva. Por eso prefiero cuando mi película es apreciada por una persona concreta que conozco y estimo".

Según agregó, los premios no deberían otorgarse nunca y, en caso de serlo al cabo de cien años, cuando la calidad de la obra quede lo suficientemente comprobada por el tiempo.

A Jan Svankmajer le gusta experimentar. Sus películas animadas le sirven como un terreno no explorado, que le invita a descubrir algo nuevo y a realizar lo no realizado. El material fílmico le posibilita a experimentar a numerosos niveles, basándose en la combinación de la animación, de los trucos y de los artistas. Mezcla el humor y la sátira con el misterio y el espanto.

La imaginación de Jan Svankmajer parece no tener límites. En sus películas nada es imposible - los cajones devoran a seres humanos y los ojos deambulan por las calles. Objetos de uso cotidiano como el tenedor o la silla adquieren vida y se transforman en sujetos activos que alternan la interpretación de un personaje ausente.

Jan Svankmajer admite que no suele hacer diferencia entre los objetos sin vida y los seres humanos. "Con los artistas trabajo de la misma manera que con las marionetas. Lo decisivo para mí es que respondan exactamente a mi propia idea sobre la película", suele afirmar el cineasta.

Lo testimonia su película filosófica "Fausto", en la que utilizó un método muy original de animación de los cuerpos de artistas de carne y hueso para adquirir el resultado deseado. "Fausto" es considerada como una de las películas más misteriosas de Jan Svankmajer.

Todos sus filmes están claramente marcadas por el surrealismo, al que se inclinó en los años 60. Según la opinión de Jan Svankmajer, el surrealismo no es sólo una corriente artística, sino una postura hacia la vida y el mundo. Él mismo considera "Conspiradores del placer" como su película más surrealista, que puede ser concebida como una sátira sobre el mundo actual dominado por la erótica.

Jan Svankmajer, este amante de los experimentos, se dedica actualmente a los preparativos para el rodaje de una nueva cinta. Se tratará de una película de horror filosófica, titulada "Locos". El cineasta reveló que se dejó inspirar por los cuentos del escritor estadounidense, Edgar Allan Poe, y los pensamientos filosóficos del marqués de Sade.