Chequia contará con su primera mujer general

Lenka Šmerdová, foto: archivo de las Fuerzas Armadas

La República Checa tendrá pronto la primera mujer general de su historia, al haber aprobado el Gobierno el nombramiento de la coronel Lenka Šmerdová a este rango. Actualmente el Ejército checo cuenta con un 13% de mujeres entre su personal.

Con un 13% de mujeres en las Fuerzas Armadas, la República Checa se sitúa entre los países de la OTAN con mayor proporción de mujeres militares. Sin embargo hasta ahora ninguna contaba con el rango de general.

Lenka Šmerdová,  foto: archivo de las Fuerzas Armadas
Esta situación cambiará a partir del 8 de mayo, cuando la coronel Lenka Šmerdová sea ascendida a esta categoría, según ha confirmado ya el Gobierno checo. Šmerdová comenzó su carrera militar en 1996 en la sección de personal. A partir de 2001 participó activamente en el proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas checas. Ocupó después la función de directora del departamento de reclutamiento y después de comandante de la sección de instrucción. En 2008 alcanzó el rango de coronel.

A la hora de darle el ascenso, el Ministerio de Defensa ha tenido en cuenta su éxito en los últimos tres años a la hora de enrolar nuevos soldados en las Fuerzas Armadas, a pesar de la alta competencia en el mercado de trabajo checo y el bajo índice de desempleo.

En declaraciones de Šmerdová a la Televisión Checa, la oficial afirmó sentirse en condiciones de igual con sus compañeros masculinos.

“No nos quedamos por detrás de los hombres. Nos hacemos oír y tomamos la responsabilidad de las tareas que nos esperan”.

¿Una institución igualitaria?

Lenka Šmerdová,  foto: ČTK
En total trabajan en las Fuerzas Armadas checas 2.952 mujeres, habiéndose registrado en 2016 un crecimiento de 127 nuevas soldados. La cifra es relativamente alta si se tiene en cuenta a otros países del entorno, y de hecho muchas otras mujeres militares comparten la opinión de Lenka Šmerdová acerca de la igualdad en esta institución. Una de ellas es por ejemplo Ivana Otřísalová, que trabaja en el departamento de personal desde 1989.

“Creo que el Ejército es una de las pocas instituciones que ofrece las mismas oportunidades a hombres y mujeres. Porque son promocionados de la misma manera y se espera de ellos los mismos requisitos”.

Del mismo parecer es la mayor Jaroslava Součková, médica militar condecorada por su trabajo en el hospital de campo que la República Checa mantiene en Afganistán.

Ivana Otřísalová,  foto: ČT
“No lo dividiría en hombres y mujeres. Como soldados tenemos las mismas condiciones”.

De hecho la carrera militar ofrece una perspectiva profesional que resulta atractiva a cada vez más mujeres. Un ejemplo es el testimonio de la soldado Aneta Daika, que sirve en el Ejército desde el pasado mes de octubre.

“Lo que me gusta del Ejército es que puedo unir mi formación con otras actividades profesionales y con el uso de mi resistencia y mis capacidades físicas”. A pesar del aparente entusiasmo, en el Ejército, al igual que en la mayor parte del mundo profesional checo, también existe un techo de cristal para las mujeres. La mayor parte de las oficiales ostentan galones de bajo rango, sobre todo los de sargento y brigada, y solo cuatro, entre ellas Šmerdová, son coroneles.

En reserva activa, solo un 3%

En cualquier caso la desproporción más flagrante entre hombres y mujeres en el Ejército se da en la reserva activa. Se trata de civiles con instrucción militar que toman parte en ejercicios anuales y pueden ser movilizados en caso de necesidad. En este cuerpo hay solo un 3% de mujeres.

Foto: archivo de las Fuerzas Armadas
Una de ellas es Radka Famfulová, de 23 años, que consiguió pasar las pruebas para formar parte de la reserva el año pasado.

“Para mí fue un reto personal. Quería saber qué consigo, y si lo consigo. Al mismo tiempo quería adquirir algunas experiencias valiosas, como aprender a hacer los primeros auxilios o a manipular armas”.

Para acceder a la reserva primero hay que realizar una serie de test físicos y psicológicos. A continuación hay que completar la instrucción. A diferencia de las pruebas iniciales, que cuentan con diferentes criterios para hombres y mujeres, los ejercicios militares son los mismos para ambos géneros, y destacan por su dureza, recuerda Famfulová.

Foto: ČT
“Me acuerdo del momento en el que corríamos totalmente cargados y con camillas. Eso fue lo más duro para mí. Fue interesante, me dije que correría hasta que cayera, pero por suerte eso no pasó”.

Ahora Famfulová deberá asistir a ejercicios militares regulares cada año, con una duración que se puede extender a cuatro semanas. En caso de necesidad el Ejército puede movilizarla hasta siete meses al año, algo con lo que Famfulová ya cuenta.

“Lo más abundante es la implicación de las reservas activas en las inundaciones, cuando tiene lugar alguna catástrofe natural, y en algunos casos cuando es necesario vigilar algún edificio”.

Radka Famfulová fue una de las ocho mujeres que lograron entrar a la reserva activa el año pasado. En total hay solo 49 mujeres en sus filas, de un total de 1.548 miembros.

Síntoma de un cambio o movimiento populista

Mientras que desde el Gobierno se ha promovido el ascenso a general de Šmerdová como un ejemplo de lo progresistas que son las Fuerzas Armadas checas, desde la oposición se pone en duda dicha afirmación. František Šulc, que fue asesor en el Ministerio de Defensa durante el gobierno del Partido Cívico Democrático, da a entender que el propósito del nombramiento es más bien populista.

František Šulc,  foto: archivo de las Fuerzas Armadas
“Hay que hablar de si el porcentaje de mujeres en el Ejército es suficientemente alto y si se dan las condiciones necesarias. Y si tenemos suficientes candidatas para que se den ascensos de forma natural y no por motivaciones políticas. Me interesaría saber la opinión del Jefe del Estado Mayor, si eligió él a la mujer para esa función. Y me interesaría saber qué función cumplirá exactamente, y si el ascenso no será al final una degradación, lo que sucedería si recibe una función sin importancia. Espero que no sea solo para embellecer las estadísticas y decir que tenemos una general”.

A entender de Šulc, el Ejército checo ha hecho muy poco para facilitar el camino a las mujeres, y el nombramiento de la primera mujer general maquilla una realidad mediocre.

“En 2005, cuando se profesionalizó el Ejército, en las Fuerzas Armadas había un 12% de mujeres en uniforme. El año pasado un 13%, en total un crecimiento del 0,9% en 11 años, en números absolutos unas 90 soldados. ¿Se trata de un crecimiento radical? ¿No deberíamos hablar de si hay condiciones suficientemente atractivas para que las mujeres vayan al Ejército, se queden y puedan hacer carrera, a pesar de que a lo largo de esta van a tener hijos y todo eso?”

Las condiciones de acceso al Ejército son iguales para hombres y mujeres exceptuando las pruebas físicas y la altura mínima, donde las mujeres disfrutan de discriminación positiva. De esta forma se les requiere menos centímetros de longitud de salto, menos abdominales por minuto y una altura mínima de 1,55 centímetros, cuando la de los hombres es de 1,60.

Autor: Carlos Ferrer
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