Basilio Martín Patino comparte su experiencia con el público checo

Basilio Martín Patino

Tras su paso por el Festival Internacional de Cine Documental de Jihlava, donde fue el principal invitado extranjero, el realizador español Basilio Martín Patino presentó sus películas también en Praga. En el cine Ponrepo mostró este martes dos de sus trabajos y se dio tiempo para dialogar con el público capitalino.

Basilio Martín Patino
Basilio Martín Patino se sentó el martes por la tarde en una butaca del cine Ponrepo de Praga y vio por enésima vez su filme documental ‘Canciones para después de una Guerra’, esta vez en compañía del público praguense.

Antes ya había compartido sus experiencias como realizador con el público que asistió al Festival Internacional de Cine Documental de Jihlava, clausurado el domingo en esa ciudad checa, que marca la frontera entre Bohemia y Moravia.

Al presentar ‘Canciones para después de una Guerra’, Patino dijo que eran solo eso, las canciones que él escuchaba de niño mientras los adultos se mataban en una guerra.

Aunque después con más calma matizó sus comentarios y analizó fríamente su película más famosa, en entrevista con Radio Praga.

“Yo soy ya mayor, y forma parte de una historia y es como que te hace añorar muchas cosas, muchos recuerdos, se ven las cosas de otra forma. Esta misma película yo ahora veo la cantidad de defectos que tiene. Pero bueno, lo hecho, hecho está. Y creo que ha funcionado así, le ha ido muy bien, creo que ha ido por todo el mundo a festivales, a Rusia, a Pekín, las ciudades más extrañas. Cosa que nosotros no podíamos esperar cuando la hicimos porque era un juego entre gente joven, un juego deseoso de hacerlo como venganza por lo mal que lo habíamos pasado y lo que había sido”.

‘Canciones para después de una Guerra’ estuvo censurada hasta la muerte de Franco, algo que Martín Patino ya sabía que iba a suceder cuando la preparaba.

“La película la hicimos improvisando, eso se nota, con materiales muy elementales, con muy poco dinero, pasándola muy bien. Con mucho sentido del humor, que era la única forma de hacer esto. Era evidente que nos iban a censurar, inevitable con Franco, y era la única forma de hacer esto, asumiendo la responsabilidad que se nos iba a venir encima”.

Tras la muerte de Franco en 1975, la película se pudo estrenar en los cines de España, y fue un gran éxito, recuerda el cineasta.

“Al principio era duro, había que ocultarse. Y luego, cuando se pudo dar, de repente España se enteró y fue un éxito y se puso en toda España y ya nos compensó. Hubo problemas, por ejemplo, venían los legionarios de Cristo Rey a dar lata y amenazar y tirar petardos, pero era lo normal en esos casos, casi totalmente pintoresco”.

Llamó la atención que Patino llegara casi a pedir disculpas al público checo por los errores de una película de juventud. Él lo explica de la siguiente manera.

“No es que pida disculpas, es que la hicimos así, y eso tiene una especie de encanto, como naive. Y de eso éramos conscientes y casi incluso que lo fomentábamos y hacíamos bromas y repeticiones y la gente lo capta. Meter a gente conocida, por ejemplo. Fue una fiesta esta película, dentro de lo duro que era, y que el material lo encontrábamos en El Rastro, donde había películas viejas. Fue una aventura bonita e irrepetible”.

David Čeněk y Basilio Martín Patino
Una vez concluida la función, llegó el diálogo con el público checo, mientras el historiador, académico y crítico David Čeněk hacía de traductor. Una de las preguntas más recurrentes fue sobre las fuentes de todas las imágenes y si acaso eran reales.

A lo que Patino replicó: “No crean todo lo que ven sus ojos, no hay que fiarse de nada. Muchas imágenes están falseadas”. Porque en la obra de Martín Patino, realidad y ficción siempre se han mezclado y eso él nunca lo ha negado, al contrario, le gusta hacer gala de eso.

Después vino la presentación de ‘Caudillo’, la emblemática película en la que Martín Patino hace su personal ajuste de cuentas con el dictador Franco.

Álvaro Díaz Duque y Basilio Martín Patino
El agregado cultural de España en Chequia, Álvaro Díaz Duque, que introdujo la cinta al público de Ponrepo, sostuvo que se trataba de un acontecimiento volver a exhibir ‘Caudillo’ 30 años después de su primer pase en el país, en el festival de Karlovy Vary.

Basilio Martín Patino también habló de ese filme con Radio Praga.

“Es una película más dura, una película hecha cuando yo ya era mayor y está más pensada, es más terrible, se ven las cosas de otra forma. Franco es una figura ya conocida y yo voy explicando cosas del Caudillo ya sin bromas, con todo el dolor con que la hicimos, conscientes y de mayores, aparte de que ya no había censura y dijimos lo que queríamos decir. Y usamos muchas voces que nos respaldaban de poetas y muchas escenas conocidas. Era otro juego”.

Otra de las películas que el público checo pudo ver de Patino, pero esta solo en Jihlava, fue ‘Querídisimos Verdugos’, otro de sus grandes éxitos.

“Queridísimos Verdugos está en esta línea, en otra forma. No es la Guerra Civil. Pero es la consecuencia de una forma de ser española donde la pena de muerte todavía se aplicaba de una forma gratuita y terrible. Y los verdugos eran tres pobres desgraciados, patéticos, que daban pena, que hicieron muy bien, si eran conscientes, a base de vino y de dinero, pero era la única forma de que contaran la realidad del franquismo. Cuando la pusimos tuvimos muchos problemas, ahí sí que nos persiguieron, pero la tuvimos escondida”.

La censura fue una constante en el trabajo de Martín Patino y esa fue la base de sus diálogos con el público checo, tanto en Jihlava como en Praga.

De alguna manera, las películas de este realizador vital para entender la España de las últimas décadas sobrevivieron al franquismo y hoy son estudiadas en escuelas de cine e historia de todo el mundo. Y por eso él fue la figura principal de Jihlava este año.

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