Presidente checo advierte ante el odio religioso fomentado por el Estado Islámico

Miloš Zeman en Terezín, foto: ČTK

El presidente checo, Miloš Zeman, advirtió ante la amenaza que representa el Estado Islámico que fomenta el odio religioso. En un acto para recordar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial el mandatario dijo, en el gueto de Terezín, que hay que combatir a los islamistas radicales.

Miloš Zeman en Terezín,  foto: ČTK
El 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial fue recordado este domingo en el antiguo campo de concentración de Terezín con asistencia del presidente de la República, Miloš Zeman, el primer ministro, Bohuslav Sobotka, dignatarios eclesiásticos y representantes de la vida pública y cultural del país.

El mandatario Zeman rindió homenaje a las víctimas del mayor campo de concentración nazi en territorio checo durante la Segunda Guerra Mundial y advirtió ante las nuevas amenazas que atentan contra la seguridad de las naciones.

“Después del odio racial y el odio de clases, hoy topamos con el odio religioso. Divide nuevamente a las personas en creyentes y no creyentes, solo que en el segundo grupo se encuentran todos los que no comparten la ideología del Estado Islámico”.

Zeman fue contundente en su crítica contra los radicales islamistas, exhortó a la población a estar alerta e insistió en que se equivocan los que creen que la República Checa no corre peligro.

Miloš Zeman en Terezín,  foto: ČTK
El mandatario subrayó que no se puede descartar que en los campos de entrenamiento del Estado Islámico se adiestran radicales que“mañana pueden protagonizar atentados contra nuestras ciudades”.

En esta relación el presidente de la Asociación Checa de Combatientes por la Libertad, Jaroslav Vodička, recordó los horrores vividos en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y exhortó a la sociedad y a los gobernantes a luchar para impedir que algo semejante se repita.

En marzo de 1939, cuando Hitler estableció el protectorado de Bohemia y Moravia vivían en él unos 118.000 judíos. Aunque muchos de ellos escaparon tras la ocupación y otros lograron ocultarse, se estima que unos 70.000 fueron enviados al campo de concentración de Terezín, que fue la antesala de los campos de exterminio nazis, de los que solo sobrevivió el 10%.

Desde 1947 se encuentra en Terezín un monumento a las víctimas del Holocausto y en 1991 fue inaugurado el Museo del Gueto.