Los empresarios checos no quieren que Chequia ingrese en la eurozona

Con el peligro de la quiebra de Grecia a la vuelta de la esquina, los empresarios checos dicen en voz alta que no quieren que Chequia ingrese en la eurozona. Más de 500 empresas fueron consultadas y tan solo un poco más de 100 creen en el euro.

El euro ya no brilla como antes. Las fallidas soluciones para superar la crisis han provocado que algunos círculos políticos den la espalda a la moneda comunitaria.

Los empresarios checos, que hasta hace poco pedían al Gobierno el ingreso del país en la eurozona, ven con pánico los pronósticos de los economistas locales que auguran que Chequia se puede incorporar a la zona euro en 2016.

El analista Jiří Šimek asegura que la crisis griega y los problemas económicos de otros países de la eurozona hacen que el club pierda su atractivo para los futuros miembros.

Jiří Šimek
“Al principio el euro y la eurozona se entendían como un club exclusivo. Todos querían ser miembros de ese club, pero ahora ya perdió su atractivo, su exclusividad”, sostuvo el experto.

Hasta hace poco los empresarios checos habían insistido en la necesidad de que la economía nacional se entrelazara con la europea. En la mayoría de los casos se trató de empresas exportadoras, pero hoy tampoco éstas tienen interés.

De acuerdo con informaciones de la Televisión Checa, de unas 530 empresas consultadas, tan sólo 114 consideran que el ingreso en la eurozona les traería beneficios.

Hace cuatro años atrás la situación era muy diferente, el 70% de los empresarios checos tenían puestos sus ojos en el euro. Hoy aseguran que el mercado común europeo es ventajoso, pero no la circulación de una moneda común, porque las economías de los países miembros de la Unión Europea difieren mucho entre sí.

Miroslav Kalousek,  Petr Nečas,  foto: ČTK
El primer ministro, Petr Nečas y el ministro de Finanzas, Miroslav Kalousek, se mantienen a la espera. Sostienen que es prematuro hablar de una fecha tentativa de ingreso de Chequia a la eurozona. Insisten en que hay que esperar a que pase la tormenta y que una vez llegada la calma se analizará mejor el futuro de la moneda común europea.