Los checos son los europeos más enganchados a Facebook

Una encuesta realizada en once países europeos y otros cinco de África y Oriente Próximo, coloca a los checos a la cabeza como los mayores usuarios de Facebook y otras redes sociales. Son quienes más veces lo miran al día.

Foto: archivo de Radio Praga
Un auténtico amor, o quizá una auténtica dependencia febril, es lo que tienen los checos con Facebook. Un estudio realizado por la empresa Intel en el que se entrevistó a mil personas de cada país encuestado arroja datos reveladores. Un tercio de la población checa tiene Facebook, lo que supone la mitad de los usuarios totales de Internet en el país. De ellos, cuatro de cada cinco miran su cuenta en la red social al menos una vez al día, lo que es de largo el mayor porcentaje de Europa, y un 25% más de lo que sucede, por ejemplo, en España.

Pavel Svoboda, relaciones públicas de la empresa Intel en Chequia, explica que un 5% de los checos lo miran cada hora como poco, y expone otros datos curiosos que ha arrojado el estudio.

Foto: ČTK
“El 80% de los usuarios de Facebook checos lo miran ya antes de irse al trabajo. Pero algo que a mí personalmente me ha sorprendido es que un tercio le echa la primera ojeada antes incluso de levantarse de la cama”.

A pesar de que ya está estudiada y reconocida la dependencia a las redes sociales como una nueva adicción del siglo XXI, los expertos dicen que no supone un gran riesgo para la sociedad. Lo cierto es que en muy pocos años se han convertido en una actividad o herramienta sin la que muchos no podrían ya pasar, como explica una usuaria.

“Yo diría que uso Facebook cada día unas cuatro horas y a veces incluso cinco o seis horas, sin problema. Cuanto más tiempo tengo mi cuenta, más lo tomo como parte de mi vida personal”.

El psicólogo Jeroným Klimeš explica así el enganche de los checos con las redes sociales: “La gente busca en ellas comunicarse con una comunidad, sociabilizarse, y los checos en este aspecto nunca fueron muy activos. Facebook les permite salir de su casa para ir a visitar a alguien, ir a un bar y hacer las mismas cosas que se hacen cuando las personas se encuentran. El alma viaja, pero el cuerpo permanece delante de la pantalla”, dice el experto.

Pero la función social de las redes es sin embargo también un arma de doble filo, dice el psicólgo: “Hay a quien le ayuda, y hay quien por su culpa ve destruidas sus relaciones personales”.