Los asistentes pedagógicos: figuras vitales en las aulas

Foto: Člověk v tísni

Las particularidades de los niños en la escuela, cuanto más acentuadas más necesitan de un asistente pedagógico. Sin embargo, no hay que entender las particularidades como dificultad o discapacidad.

Foto: Člověk v tísni

En una clase de lengua y literatura checa en la escuela primaria hay unos cuantos estudiantes y, por supuesto, un maestro, pero también hay otra figura a su lado conocida como asistente pedagógico.

Ondřej Andrys,  foto: archivo personal de O.Andrys
La presencia de este no suele ser algo usual en todas partes del mundo. Sin embargo, en las escuelas checas se está volviendo una práctica común. Por lo general, el maestro solicita a un asistente cuando hay alumnos con dificultades de aprendizaje o ciertos trastornos. Sin embargo, no siempre es así, como nos lo explica el inspector de enseñanza Ondřej Andrys.

"En muchos casos el asistente pedagógico se dedica a un niño concreto a quien ayuda a realizar las actividades básicas según sus necesidades particulares. Sin embargo, es de entrada, literalmente, un asistente del pedagogo, puesto que recibe instrucciones e información del maestro sobre cómo trabajar con algunos alumnos en particular, pero simultáneamente hay un acuerdo previo de cómo ayudar a todos. De esta manera, se nivelan las diferencias entre los alumnos para que el docente pueda instruir de manera efectiva a todo el salón como un colectivo".

Los asistentes forman parte de la comunidad escolar, pues también ejercen funciones generales de maestro integral, como vigilar los pasillos en las horas del recreo; también hacen de suplentes del maestro y, en realidad, nadie mejor que ellos para hacerlo, pues están al tanto de lo que se ha hecho en clase y conocen a los alumnos.

Marta Mutlová, una asistente de un quinto grado de educación básica, nos comenta cómo transcurre una clase.

Foto: Michaela Danelová,  ČRo
"Los alumnos ya están acostumbrados, entonces cuando alguno necesita asistencia, la maestra y yo nos hacemos rápidamente una señal y así decidimos quién va a acercarse al alumno y quién va a ocuparse de la situación. Hay ocasiones en las que, por ejemplo, es necesario ayudar a un alumno a integrarse; otras en las que hay que explicarle con más dedicación y entonces mientras la maestra se encarga yo con el resto leo o practicamos algunos ejercicios".

Por su parte, para los maestros encargados tener a un asistente en clase parece resultar un gran alivio, como comenta la educadora Pavla Lioliasová.

"Para mí es una gran ayuda, lo aprecio mucho. No lo siento como que alguien me están vigilando durante mi clase, yo más bien lo requiero. Sé que no se trata de mí sino de los niños y que ellos necesitan apoyo de la mayor cantidad de gente posible. De hecho, en algunos grupos estaría encantada de que hubiesen más asistentes".

Un ayudante en el aula requiere una mayor inversión de dinero en la educación, un área un tanto olvidada cuando se trata de asignaciones de presupuesto. No obstante, el sistema educativo checo parece estar dispuesto a costearlo con tal de que la instrucción primaria sea tan formidable como inclusiva.

Autor: Ana Briceño
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