La historia universal llega de manera amena a los liceos

Foto: ČT

Para entender la historia ya no es necesario que los alumnos checos pasen horas en la biblioteca, pasando sus dedos entre pergamino, hojas frágiles y maltratadas por el tiempo. Los historiadores se las saben ingeniar para hacer una presencia divertida en las aulas.

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Un proceso de enseñanza y aprendizaje en formato digital y virtual es lo que pretende la aplicación denominada HistoryLab, desarrollada por el Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios.

La aplicación comprende fuentes históricas digitalizadas como fotografías y documentos escritos de la historia contemporánea de Checoslovaquia. Incluye ejercicios de análisis, como por ejemplo, hacer una lectura comparada del manifiesto Dos Mil Palabras, texto eje de la Primavera de Praga en 1968 y la Carta 77, un manifiesto que data del año 1977, escrito por la disidencia checoslovaca y dirigido al sistema político comunista de entonces como una petición de respeto a los Derechos Humanos.

Los ejercicios piden al estudiantado resaltar pasajes clave; evaluar el discurso, respondiendo a preguntas como: ¿en cuáles de los textos hay más palabras que expresen una acción oposicionista?, ¿dónde predominan las formas imperativas? o ¿cuál de los texto incluye al lector en un colectivo denominado “nosotros”?

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El profesor de historia Jaroslav Najbert, quien en sus aulas ya pone en práctica el laboratorio de historia, comenta su experiencia a la Televisión Checa.

"Era notable que no coincidían en sus respuestas como mínimo dos o tres de los grupos, lo cual es fantástico porque nos indica que la historia es abierta a nuestra comprensión".

Otras secciones del programa están dedicadas a personalidades fundamentales de la historia como al primer presidente checoslovaco Tomáš Garrigue Masaryk, quien llevó la batuta del país una vez que se liberó del Imperio Austrohúngaro y se conformó como Estado independiente.

El tratarse de un formato computarizado contribuye a darle otra faz a la materia de historia en los liceos, preconcebida como un estudio introspectivo que requiere infinitas horas de lectura y de acumulación de conocimiento enciclopédico.

Sobre las ventajas de un laboratorio de historia comenta para la Televisión Checa Čeněk Pýcha, uno de los desarrolladores de la aplicación del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios.

"Los maestros valoran el hecho de que la aplicación despierta la curiosidad de ciertos alumnos, por ejemplo, a quienes no les gusta la historia. Estos de repente se han incorporado al proceso de aprendizaje gracias a la aplicación".

Foto: HistoryLab
HistoryLab no se limita solo a la historia checoslovaca, pues abarca eventos que definieron la historia del siglo XX. Ejemplo de ello es que entre sus archivos se encuentra la famosa fotografía de Nick Ut, capturada en la Guerra de Vietnam, y que eternizó a unos niños escapando de una bomba lanzada al sureste de la región.

Gracias a la presencia de estas piezas los estudiantes pueden entender el poder mediático y a la vez sensibilizarse ante los horrores de algunos capítulos de la historia.