José Cura estrena en Praga ‘Ecce Homo’, un oratorio maravillosamente humano

José Cura  en entrevista con Freddy Valverde, foto: Eva Turečková

El compositor, director y tenor argentino José Cura ofrecerá el próximo miércoles en Praga el estreno mundial de su oratorio Ecce Homo. El multifacético artista adelantó a Radio Praga las claves de esta obra, al tiempo que se refirió a su relación con Chequia y a los desafíos que enfrenta la humanidad.

José Cura  en entrevista con Freddy Valverde,  foto: Eva Turečková
José Cura mantiene una relación estrecha con la República Checa. A partir de su primer concierto con la Orquesta Sinfónica de Praga (FOK) hace 15 años, los vínculos se mantienen, crecen y se fortalecen.

Muestra de ello es, por ejemplo, que el próximo miércoles tendrá lugar en la Casa Municipal de Praga (Obecní dům) el estreno mundial de su oratorio Ecce Homo, según comentó a nuestra emisora.

“La relación que tengo con la orquesta (FOK) de artista residente implica entre otras cosas, en nuestro acuerdo, un debut anual de una obra mía. El año pasado tocó el Magnificat y este año toca Ecce Homo, que ya es una obra más grande, más importante. Magnificat son 12 o 13 minutos, mientras que Ecce Homo es ya un oratorio, aún no está debutado, pero la duración estimada, como se suele decir, rondará los 35 o 40 minutos”.

El tema escogido para este oratorio ha fascinado a Cura desde siempre, según reveló.

Foto: Eva Turečková
“La obra nació como una curiosidad mía de siempre. A veces tengo estas discusiones con mi grupo, con mi mujer, el cura del barrio… y es el factor “humano” en la relación con lo divino. Una de las cosas que siempre me han tocado, que me han llamado más la atención, de la vida de Cristo y de las últimas horas de Cristo, es la dimensión humana por la cual Cristo en el Monte de los Olivos dice, Padre, aleja de mi esto. Y eso, que no deja de ser totalmente normal en cualquier hijo de vecino, porque cualquiera de nosotros hubiera dicho lo mismo: no quiero que me peguen. No deja de ser sorprendentemente humano y maravillosamente humano aplicado a un ser que creemos que es el hijo de Dios”.

El oratorio Ecce Homo de José Cura estuvo guardado en una gaveta durante muchos años. Estuvo en proceso de maduración, tal y como indicara el compositor. La primera versión la escribió con veintitantos años, la revisó con lupa y ahora se estrenará en Praga.

“Si hay una sola novedad en Ecce Homo, que no es novedad, que es haber pensado en hacerlo, es intercalar dos temáticas que musicalmente, no teológicamente, suelen ir separadas. Es la pasión por un lado y el Stabat Mater por el otro, es decir, el dolor de la madre por un lado y el dolor del hijo por el otro, juntarlos en una misma obra”.

José Cura y Antonín Dvorák, una sorpresa por venir

José Cura,  foto: Eva Turečková
La buena química que existe entre José Cura y Chequia se ha manifestado en muchas ocasiones y de diferentes maneras. Además del estreno mundial de su oratorio Ecce Homo tiene para sus seguidores checos una sorpresa.

“Acabamos de firmar un acuerdo de distribución de iTunes y dentro de poco saldrán unas canciones de Dvořák que yo grabé hace unos 15 años y nunca salieron al público, porque salieron para una colección privada, con lo cual estas canciones saldrán dentro de poquito en iTunes, en días. Y siguiendo un poco mis páginas, y todo eso, la gente lo sabrá. Viene a colación porque es la primera y última vez en mi vida que canté en checo, y recuerdo todavía mi lucha por hacer justicia a esa música tan hermosa en un idioma completamente alejado, ya no hablo de mi cultura o idiosincrasia personal, sino de mi realidad física bucal, por ponerlo de alguna forma. Me acuerdo de un momento en el que le dije a la persona que me asistía con el idioma: a ver, en esta palabra tengo que cantar cuatro notas y hay solo dos vocales, o me falta algo o me sobra algo. Porque lo demás son todas consonantes, y ningún latino se le ocurre cantar una consonante. Pues la respuesta fue muy simple: canta las consonantes y anda”.

Cambió el piano por el rugby

El andar de José Cura por lo que llama esta hermosa locura empezó a temprana edad con los más diversos matices. En un principio se inclinó por el deporte, que al final representó un importante aporte para su carrera artística.

José Cura,  foto: Eva Turečková
“Cuando tenía 7 u 8 años mi padre me mandó estudiar piano. En aquella época había que estudiar piano, estamos hablando de los años 60, llegando ya a los 70, mi padre tocaba el piano como hijo de buena familia de clase media de aquella época. Eso daba caché. Y luego de unos días, unas lecciones, la maestra me mandó de vuelta a casa con una notita que decía: Josecito no está interesado en la música, encuéntrele otro hobby. Y allí fue que empecé a jugar al rugby, ya ves la conexión de ideas, que no tenía nada que ver. Fueron fundamentales en la forma en la que yo encaré mi carrera como hombre de escenario. En aquella época era una novedad: el hombre atlético que cantaba ópera, era como un bicho raro”.

Las inquietudes del artista argentino son de grandes dimensiones. Nada de lo que ocurre a los seres humanos le resulta indiferente.

“Los seres humanos, para empezar somos todos únicos, lo que pasa es que ahora, siempre fue así, pero más que nunca estamos tan atontados por la masificación, por la globalización y todas estas ‘ciones’ horrendas que están destruyendo la identidad de los pueblos. La gente se viste toda igual, come lo mismo, escucha la misma música, huele igual, camina igual. Esto es bueno? No. Esto es malo? No. La palabra no es malo. Es una pena. Punto! es una pena, porque nos está empobreciendo como género, como individuos“.

Todos contamos con los dones de Dios

La energía positiva que Cura deposita sobre el escenario responde plenamente con su credo de vida, con su entrega total al arte como vehículo de comunicación.

José Cura en entrevista con Freddy Valverde,  foto: Eva Turečková
“Tengo una teoría que ya he dicho varias veces. Y creo que para el que me entiende es la explicación de todo. Yo creo que todos nosotros hemos sido bendecidos con dones determinados, quien más quien menos. Yo creo que realmente todos con la misma cantidad, lo que pasa que no todos con la misma capacidad de descubrirlos. es problema esa cuando tienes la suerte o la desgracia, si es que eres un introvertido, de descubrir de lo que eres capaz, tienes dos elecciones en la vida, o los escondes para que tus semejantes no te den con la vara, porque cómo se te ocurre mostrar todo lo que puedes hacer, o los haces y ya. Si los escondes, luego tienes que vértelas con Dios, que te dirá te he regalo todo esto y qué hiciste con ello. Si no los escondes los palos vienen de tus semejantes. Yo creo que como palos van a haber de todas formas, mejor los de tus semejantes, porque los de Dios duelen más”.

Si disfrutas no te cortes, llora, grita y patalea

La pasión, la entrega de Cura por la ópera, por la música clásica se vio coronada en Praga, donde según nos contó recibió uno de los mayores cumplidos.

“Al pueblo le da igual si la ópera le cuesta cinco euros o diez. Si lo que va a ver arriba en el escenario lo emociona paga diez incluso veinte. El problema no es ese, el problema es lo que hay arriba del escenario. Uno de los cumplidos más hermosos que yo he recibido como director de orquesta fue en Praga hace unos meses en ocasión del último concierto. Alguien escribió por ahí en las redes sociales “Ver a Cura arriba del escenario con la Orquesta Sinfónica de Praga (FOK) me recordó los conciertos de Bernstein, en los cuales uno tenía la absoluta clara convicción de que la orquesta tocaba para él y él dirigía para ellos. Lo que ahí estaba sucediendo era una historia de amor, a la cual nosotros teníamos la suerte de asistir y observar, pero que si no estábamos daba absolutamente igual”.

Obecní dům,  foto: Eva Turečková
Sobre la eterna polémica de llevar la ópera al pueblo o no, el artista argentino tiene una receta firme y directa, que rompe muchos cánones impuestos por algunos sectores del mundo de la música llamada selecta.

“Qué es llevar la ópera, la música clásica al pueblo. Subirse al escenario lleno de tierra y decir ‘señores no hay que aplaudir entre movimientos, porque esto es música clásica, silencio’, o si la gente se emociona y entre el alegro y el jodido adagio, está bien lo mismo. Eso es llevar la ópera al pueblo, dejar que la gente se manifieste, que se emocione libremente. Los conciertos de música clásica donde tú sientes que la gente está emocionada y no llora, porque el de al lado piense que eres demasiado sensiblero, pero por qué…Llora, patalea, grita, levántate y grita bravo! A quién le importa. No la música clásica no se interrumpe… por favor “.

Con 40 años sobre el escenario, el director, compositor y tenor argentino José Cura presentará el próximo miércoles una vez más al público checo su talento artístico al que entrega alma y cuerpo.

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