El primer trasplante renal en Chequia cumple 50 años

Foto: Archivo de Centro coordinativo de los transplantes

Hace 50 años se efectuó en Checoslovaquia el primer trasplante renal. Los especialistas nacionales siguieron entonces el ejemplo de sus colegas de EE.UU., que habían realizado ese tipo de intervención quirúrgica siete años antes.

Foto: Archivo de Centro coordinativo de los transplantes
Las bases de los trasplantes de órganos en Chequia fueron sentadas por los médicos del hospital de Hradec Králové. El 23 de noviembre de 1961 injertaron un riñón a una niña de 16 años. La operación fue un gran éxito de la medicina nacional, según destacó Josef Erben, de 85 años, uno de los cirujanos que realizaron esa exigente intervención quirúrgica.

”La tarea de efectuar la operación la asumió un equipo de especialistas del hospital de Hradec Králové que tuve el honor de integrar. Nos habíamos preparado minuciosamente para esa intervención, ya que fuimos los primeros en el país que íbamos a hacer ese tipo de cirugía. Sabíamos, que el trasplante era la única posibilidad de salvar la vida a esa niña, ya que su estado de salud empeoraba día tras día a causa de una insuficiencia renal”.

Jiří Froněk,  foto: ČT
La donante del riñón fue la madre de la menor y aunque la paciente falleció 16 días más tarde a causa de una infección, los especialistas comprobaron que ese tipo de operaciones podría ayudar a salvar vidas humanas.

El primer trasplante renal exitoso lo efectuaron cinco años más tarde los médicos del Instituto de Medicina Clínica y Experimental, de Praga. El paciente, al que también le donó un riñón su madre, vivió tres años después de la operación, como recordó Jiří Froněk, especialista del Instituto de Medicina Experimental, en la capital checa.

”En los comienzos del programa de trasplantes renales se utilizaban exclusivamente riñones de donantes vivos. Más tarde comenzaron a utilizarse riñones obtenidos de donantes muertos y esta práctica es la que prevalece hasta la actualidad”.

El trasplante renal,  foto: ČT
Los especialistas afirman que, no obstante, el riñón de un donante vivo suele ser funcional unos 20 años después de ser trasplantado a otra persona, mientras que un riñón de un donante muerto funciona entre ocho y doce años. Sin embargo, sólo en una décima parte de los casos se injerta al paciente un riñón de un donante vivo, ya que son pocas las personas dispuestas a donar un riñón.

Actualmente existen en el país siete centros especializados en el trasplante de órganos. Desde el primer trasplante renal se han sometido a ese tipo de operación en Chequia miles de pacientes y su número crece constantemente. Unos 400 enfermos renales recuperan anualmente su vida gracias al trasplante de ese órgano.

No obstante, los expertos advierten que últimamente crece el número de enfermos renales que contraen la insuficiencia renal por consumir cantidades exageradas de medicamentos contra el dolor.