El discurso de Havel que marcó el rumbo de la Revolución de Terciopelo

Václav Havel, el balcón del edificio Melantrich, Foto: ČT24

Václav Havel, además de ser un buen dramaturgo, demostró contar con las dotes de oratoria que se requieren de los líderes políticos. Su discurso del 21 de noviembre de 1989 a la multitud reunida en la plaza de San Venceslao lo consolidó como líder de la disidencia y timonel de la Revolución de Terciopelo.

Václav Havel,  el balcón del edificio Melantrich,  Foto: ČT24
En esta semana del octogésimo aniversario del nacimiento de Václav Havel vienen a la memoria de los checos fechas cruciales para la historia del país, como el 21 de noviembre de 1989. Fue este día cuando Havel se dirigió a la ciudadanía desde el balcón del edificio Melantrich en la Plaza de Venceslao de Praga (Václavské náměstí) y cuando se legitimó como líder de la Revolución de Terciopelo que, pacifícamente, dio lugar a la caída del régimen comunista y a su posterior elección como jefe de estado.

Algunas de las personas que acompañaron a Havel en el balcón comentaron que ese día estaba atemorizado y muy nervioso por tener que dirigirse a una multitud de 200.000 personas, sin embargo, hizo gala de una gran fuerza oratoria.

“Estamos convencidos de que la verdad y la libertad, muchas veces humilladas y calladas, sobre todo durante los últimos 20 aňos, finalmente vencerán en nuestro país”. Así emocionó a los presentes el que unos meses más tarde sería presidente del país.

Su elocuencia dio lugar al giro de percepción crucial entre los ciudadanos: Václav Havel, más allá de ser uno de los mayores opositores al régimen comunista, comenzó a ser reconocido como la verdadera encarnación de otros valores éticos y morales, y en la cabeza visible de la Revolución.

Michael Kocáb,  foto: Šárka Ševčíková
Havel, como buen dramaturgo que era, quería que todo el evento, desde la manifestación hasta los discursos desde el balcón, estuviera bien planeado y estructurado. Paradójicamente, todo nació de la plena espontaneidad. Uno de los disidentes anticomunistas y partícipes de la Revolución, Michael Kocáb, lo explica.

"Todo fue muy improvisado, incluso sobre la marcha fueron surgiendo las funciones de cada quien y solo un día antes había surgido el comité de emergencia y el centro de prensa del Foro Cívico. Caos. Confusión. Poco a poco surgieron personalidades a las que se dieron tareas particulares."

Michael Kocáb había conocido a Havel algunas semanas antes y formó parte de toda la logística tras el discurso y la manifestación del 21 de noviembre, y puesto que presenció los hechos desde el balcón, recuerda al pie de la letra algunas de las palabras pronunciadas por Havel aquel día, sobre todo aquellas que daban a conocer a la ciudadanía la existencia del Foro Cívico.

Foro Cívico | Foto: Český rozhlas
"Lo característico del Foro Cívico es que es una reacción temporal de nuestra sociedad crítica y que miembro del Foro es todo aquel que simplemente sienta que quiere serlo."

Bajo el Foro Cívico (Občanské Fórum) se agruparon diversas fuerzas anticomunistas que imperaban en la Checoslovaquia de aquella época. La organización, que funcionó como interlocutora de la oposición con el régimen, sirvió de germen para la nueva clase política que regiría el país una vez instaurada la democracia.