Chequia restringe la llegada de inmigrantes de países terceros

Illustrative photo: Ondřej Tomšů

Una nueva enmienda a la Ley de Extranjería impone condiciones más estrictas para los extranjeros de países terceros que deseen establecerse en la República Checa. Los críticos de la normativa advierten de su innecesaria dureza y esperan que sea suavizada a su paso por el Senado.

Foto ilustrativa: Ondřej Tomšů,  Radio Prague International
La República Checa apuesta por mayores restricciones a los extranjeros de fuera de la Unión Europea. La nueva enmienda a la Ley de Extranjería fue aprobada en la Cámara Baja casi por mayoría absoluta, contando con el apoyo de diputados de todo el espectro político.

La propuesta fue presentada por iniciativa del Ministerio del Interior, dirigido por el socialdemócrata Milan Chovanec, argumentando la necesidad de reaccionar ante la crisis migratoria y el mayor flujo de inmigrantes que registra el continente europeo.

Desde el sector no gubernamental, la enmienda ha sido acogida con estupor. Martin Rozumek, de la Organización para Ayuda a los Refugiados (OPU), hace un repaso a lo que a su entender son los fallos de la normativa, comenzando por la limitación a que los extranjeros funden empresas.

Milan Chovanec,  foto: Martin Svozílek,  ČRo
“El extranjero que se asiente en el país y comience a trabajar no podrá iniciar una actividad empresarial en al menos cinco años. Lo que en nuestra opinión es un error, ya que la comunidad vietnamita basa su existencia en Chequia en el comercio como trabajadores autónomos. Y no hay motivo para que un extranjero no pueda ser empresario o cuentapropista en sus primeros cinco años en el país”.

De esta forma, mientras el Ministerio de Relaciones Exteriores promete facilitar la llegada de trabajadores ucranianos al país para solventar la falta de mano de obra, el Ministerio del Interior establece ahora nuevos impedimentos a la inmigración económica.

Otro ejemplo es la puesta en marcha de la Tarjeta de Empleador, un documento que necesitará cualquier empresario que quiera contratar a un extranjero no comunitario. De acuerdo con Rozumek será una traba más.

Martin Rozumek,  foto: Petra Čechová,  ČRo
“Es una herramienta con la cual el Estado impide al empresario contratar extranjeros. Esta pensado muy mal, porque el empresario debe probar que no tiene ninguna deuda, que se dedica solo al objeto de su actividad empresarial. Así que imagínense una empresa con 200 trabajadores extranjeros, y que cada vez que tenga que renovar la tarjeta de empleador haya que presentar todos esos papeles, y demostrar que es fiable… Creemos que será una carga enorme para el empleador, y la consecuencia es que no van a querer emplear extranjeros, porque saben que con cualquier error le quitarían la tarjeta de empleador”.

La enmienda aclara además la ambigüedad que había en la legislación respecto al uso de empleados extranjeros contratados por una agencia de trabajo de otro país europeo. No quedaba totalmente claro si los ucranianos con permiso de trabajo en Polonia podían trabajar en Chequia a través de una agencia. Ahora esto solo será posible con permiso explícito de la Oficina de Empleo.

Otorgando una de cal y otra de arena, la reforma de la Ley de Extranjería alarga ahora el plazo para renovar el permiso de trabajo de tres a seis meses. También establece el visado de inversor, una figura que antes no existía en la legislación checa, y que facilitará la llegada de extranjeros que realicen inversiones de calado, permitiéndoles una residencia de cinco años.

Obstáculos a la reunificación familiar

Los extranjeros que vivan en Chequia tendrán también más difícil el ejercicio de su derecho a traer consigo a sus familiares. Estos no podrán solicitar el visado en territorio checo, lo que acarreará diversos problemas, continúa Rozumek.

Foto ilustrativa: Ondřej Tomšů,  Radio Prague International
“Si un checo se casa con una extranjera y quiere pedir para ella un visado en el marco del derecho a la reunificación familiar, esta tendrá que viajar a su país de origen, no puede cambiar el motivo de su visado a familiar en el territorio checo. En la práctica significa que por ejemplo si la esposa se queda embarazada y no tiene visado de reunificación familiar, tiene que ir de vuelta, por ejemplo a Ucrania, y ahí pedir un visado para poder volver a la República Checa”.

Se establecen además nuevos motivos para detener el proceso de concesión de permisos de residencia, por ejemplo cuando el candidato miente, presenta documentos falsificados o no se persona ante la Administración cuando se reclama su presencia.

Se limitan asimismo otros derechos, dejando a los extranjeros más indefensos ante las decisiones del Ministerio del Interior, subraya Rozumek.

Václav Klučka,  foto: archivo de PSP ČR
“La gente que termina en detención, es decir, que están a punto de ser expulsados, van a tener muy limitado el derecho a una decisión judicial. Todo el proceso de petición de residencia o asilo se pararía. Sería expulsado sin que se pronunciaran el tribunal regional o el Supremo acerca de si la Policía se equivocó y no tenía derecho a arrestarlo. Tampoco nos gusta que se deje de considerar la proporcionalidad en las decisiones de otorgar permiso de residencia o no, porque creemos que tiene que considerarse a la hora de dar o prolongar un visado si es adecuado o no, si el extranjero tiene aquí familia u otros lazos, por ejemplo”.

La enmienda a la Ley de Extranjería podría haber sido todavía más dura. Según la propuesta del diputado socialdemócrata Václav Klučka se habría restringido también el acceso de los extranjeros en condición de privación de libertad a que su caso sea revisado por un tribunal. Varios grupos parlamentarios consideraron la medida inconstitucional y finalmente este punto no pasó la criba.

Ahora la norma deberá ser aprobada por el Senado, que también puede proponer cambios, por lo que se espera que algunas restricciones, sobre todo las referentes a los derechos laborales, sean suavizadas o eliminadas.