Marta Krásová interpretó más de un centenar de roles operísticos

Marta Krásová

Los amantes de la ópera checos no han olvidado todavía el arte de la mezzosoprano Marta Krásová y el trágico accidente que puso fin a su vida en el solitario chalet, situado en una ladera boscosa en el pueblo de Vráz. Esta personalidad cumbre de la cultura operística checa actuó a lo largo de su carrera en tres mil funciones teatrales.

La mezzosoprano Marta Krásová, artista para la cual el teatro fue la mayor pasión de su vida, nació en 1901 en la localidad checa de Protivín, en la familia del maltero Hugo Krása. Su madre María fue una excelente violinista.

Siendo una niña de doce años, Marta interpretó ante el público dos de las "Canciones Nocturnas" de Federico Smetana. En aquella ocasión la escuchó el insigne pedagogo de violín, Otakar Sevcík, quien aconsejó a la muchacha estudiar el canto con una profesora especializada.

Más tarde la profesora de canto Olga Borová- Valousková se dio cuenta de su extraordinaria vocación y le recomendó también consagrarse plenamente al canto.

En aquel entonces Marta estaba terminando el curso para maestras en la capital de Bohemia del Sur, Ceské Budejovice, y simultáneamente frecuentaba una escuela musical.

A finales de la Primera Guerra Mundial se mudó a Praga y comenzó a estudiar el canto con la pedagoga Olga Borová-Valousková. Ensayó roles para soprano, como Milada de la ópera "Dalibor", Krasava de "Libuse" y "Vendulka de "El Beso". Las tres son óperas de Federico Smetana.

Marta debutó como cantante lírica con actores aficionados de la ciudad de Kutná Hora y por consejo de la pedagoga Ruzena Maturová pasó a estudiar arias para mezzosoprano.

En 1922 Marta Krásová se presentó al jefe de la Ópera de Bratislava, Milan Zuna, como soprano, y fue contratada. Además de papeles para soprano, en la capital eslovaca interpretó asimismo roles que serían más tarde brillantes piezas de su carrera, como el papel de la condesa en la ópera de Piotr Ilich Tchaikovski "La Dama de picas".

Después de Milan Zuna tomó la batuta en la Ópera de Bratislava el compositor Oskar Nedbal, un magnífico director de orquesta y conocedor de voces que confirmó la valoración de la pedagoga Ruzena Maturová y recomendó a Marta Krásová interpretar papeles operísticos para mezzosoprano.

En la célebre gira madrileña de la Ópera de Bratislava Marta Krásová interpretó en "La Ondina" de Antonín Dvorák el papel de la Bruja.

Los años pasados en Bratislava, la colaboración artística con Oskar Nedbal y la proximidad de Viena contribuyeron al desarrollo artístico de la joven intérprete. Conoció personalmente al cantante estelar Fiodor Shalyapin, al compositor Pietro Mascagni y a la diva operística checa Ema Destinnová.

A finales de los años veinte Otakar Ostrcil ofreció a Marta Krásová actuar como invitada en el Teatro Nacional de Praga y la cantante intepretó bajo su batuta el papel de la doncella Róza en la ópera "El Secreto" de Federico Smetana.

El 1 de septiembre de 1928 fue definitivamente contratada como solista del elenco operístico del Teatro Nacional. Los críticos elogiaban su actuación, llamándola "la mayor esperanza del primer escenario checo".

Como laureada de un prestigioso concurso de canto en Salzburgo, la cantante realizó una gira por Estados Unidos .Durante su segunda gira por ese país le fue ofrecido un contrato por la Ópera Metropolitana de Nueva York. Deseando mantenerse fiel al público checo, Marta Krásová no aceptó la oferta.

Marta Krásová reinó casi cuarenta años en el escenario del Teatro Nacional de Praga, emocionando al público con su maravillosa voz y su vibrante y dramática actuación. Interpretó más de un centenar de roles operísticos y deleitó al público con recitales de canciones donde adoraba cantar composiciones de Gustav Mahler y "Canciones Bíblicas" de Antonín Dvorák.

La cantante Marta Krásová, una de las más grandes en la historia checa, poseía una espléndida voz que iba desde los tonos graves hasta los deslumbrantes agudos.

Los personajes interpretados por ella eran verídicos, aunque frecuentemente encarnaba, uno tras otro, a seres de rasgos muy distintos.Por ejemplo, interpretó sucesivamente los roles de Carmen y de Kostelnicka. Este último papel es de la ópera "Jenufa", de Leos Janácek. Con la interpretación del papel de Kostelnicka Marta Krásová deslumbró al público en la Expo de Bruselas, en 1958.

Otro papel estelar de Marta Krásová fue el de Kabanija, en la ópera "Katia Kabanova" de Leos Janácek.

A pesar de ser una de las cantantes más notables que jamás actuaron en el Teatro Nacional de Praga, Marta Krásová vivía modestamente en un chalet, situado en una ladera boscosa, en la localidad de Vráz, a unos 25 kilómetros al oeste de Praga.

La artista adquirió el terreno para la construcción del chalet en 1940 cuando estaba casada por quinto año consecutivo con el compositor y director de orquesta Karel Boleslav Jirák. Posteriormente la pareja llegó a divorciarse y Marta Krásová se mudó del apartamento capitalino que había compartido con su ex marido. Hasta la muerte prefirió vivir en su chalet de Vráz.

Diariamente, una vez terminada la función en el Teatro Nacional, la cantante tomaba el autobús y el tren y viajaba de Praga al pueblo de Vráz. Se cuenta que el maquinista del trencito local que conocía a la artista, solía parar el tren antes de llegar a la estación de Vráz. La artista se bajaba y calzaba un par de galochas que había escondido debajo de unos arbustos. Después se ponía a subir con un paso enérgico la empinada ladera en la que estaba situado su chalet.

Los dos kilómetros que separaban el chalet de la vía férrea los recorría a diario sin preocuparse por el estado del tiempo.

Durante la Segunda Guerra Mundial ocurría a menudo que el tren dejó de circular. Marta Krásová iba entonces a pie del pueblo de Vráz al Teatro Nacional de Praga y sólo en el distrito capitalino de Smíchov podía tomar un taxi y llegar a tiempo para interpretar, por ejemplo, el papel de Carmen.

El fallecimiento de Marta Krásová en su modesto chalet de Vráz donde cuidaba de su nonagenaria mamá y de su hermano enfermo, está rodeado por un trágico halo de misterio. La artista que había abandonado el escenario del Teatro Nacional en 1966, falleció el 20 de febrero de 1970, tras sufrir un accidente en su casa cayendo sobre la arista de una mesita de mármol. Según el último deseo de la cantante, los amigos le pusieron el traje de Doña Isabela, de la ópera "La Novia de Messina", de Zdenek Fibich, su papel predilecto que había interpretado más de cien veces.