El genio arquitectónico de Petr Parlér

Petr Parlér
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En esta presente edición de "Legados del pasado - testimonios del presente" centramos nuestra atención en la persona del arquitecto de la corte imperial de Carlos IV, Petr Parlér. Sus obras pertenecen a lo más destacado de la arquitectura checa y perduran hasta el presente.

A mediados del siglo XIV, Praga se convirtió en la capital del imperio romano-germánico. El futuro emperador y rey checo Carlos IV se instaló en la metrópoli checa proponiéndose cambiar su imagen afectada por las anteriores guerras y el gobierno de su padre Juan de Luxemburgo, que se interesaba más por las hazañas en el campo de batalla que por su propio reino.

Carlos IV fundó la universidad, la primera de Europa Central, para atraer a letrados y estudiantes extranjeros. Asimismo invitó a Praga a monjes de varias órdenes religiosas y logró elevar el obispado praguense a la categoría de arzobispado.

Con este motivo, el joven Carlos colocó en presencia de su padre y rey checo Juan de Luxemburgo la primera piedra de la nueva catedral que debía sustituir la basílica existente y aumentar el prestigio de Praga en Europa.

La obra fue encargada al arquitecto francés Matías de Arras, que inició la edificación en 1344. Como modelo, le sirvió el estilo clásico de las catedrales francesas. Matías de Arras construyó ocho capillas pentagonales y la cabecera de la catedral. Tras su muerte en 1352, Carlos IV, ya con el título del rey checo y emperador romano-germánico, buscaba un arquitecto, digno de acabar la obra. Después de cuatro años escogió al joven Petr Parlér de cuyo trabajo tenía buenas referencias.

El joven arquitecto Petr Parlér, oriundo de Schwabisch - Gmund en la actual Alemania del Sur, era miembro de una familia de arquitectos. Su padre Heinrich fue maestro de obras de varias iglesias alemanas. El joven Petr abandonó el taller de su padre y participó en la construcción de la iglesia de Nuremberg, en la actual Baviera alemana.

El emperador Carlos IV que visitó Nuremberg, conoció allí al joven arquitecto y le invitó a Praga. Petr Parlér, de 23 años de edad, se estableció en la capital checa en 1356.

Catedral de San Vito
Entre el sabio monarca y el joven artista se creó un lazo de mutua comprensión. Parlér sabía convertir en realidad las ideas espirituales del emperador y juntos crearon las obras más destacadas del gótico tardío en el territorio de la actual República Checa.

Petr Parlér pronto reanudó las obras en la catedral de San Vito. Sin embargo, no se limitó a imitar el sobrio estilo de su antecesor, Matías de Arras. El arquitecto era un genio creativo, propenso a experimentos, que no dudaba en aplicar sus propias visiones sobre sus obras arquitectónicas y escultóricas.

El taller de Petr Parlér acabó la girola de las capillas laterales del coro, ya no pentagonales sino cuadrangulares. También se abovedó el presbiterio y se elevó la galería por encima de las arcadas conocida como triforio, accesible en aquel entonces. Por último se echaron los cimientos de las tres naves y se construyó la torre de la fachada sur que, no obstante, quedó inacabada.

Catedral de San Vito
La bóveda del presbiterio de la catedral tiene forma de malla y Petr Parlér fue el primero en utilizarla en el continente europeo, ya que la primera bóveda de este tipo fue construida en las Islas Británicas. Petr Parlér supo edificar un complejo sistema de contención de contrafuertes y arbotantes que le facilitó elevar la bóveda de la catedral hasta una altura de 33 metros.

La más bella y consagrada de todas las capillas de la catedral es la de San Venceslao. Es cuadrangular y su bóveda, proyectada por Petr Parlér, tiene forma de estrella. Allí fue sepultado el príncipe Venceslao y Carlos IV, que se identificaba mucho con el culto al patrón checo, se propuso construir sobre sus restos mortales una capilla que simbolizaba la Jerusalén Celeste. Según el modelo bíblico, también esta capilla tiene la misma longitud, latitud y altura y sus paredes están cubiertas con piedras preciosas.

Contigua a la capilla de San Venceslao se encuentra otra obra de Petr Parlér - la Cámara de la Corona donde se guardan las Joyas de Coronación de los reyes checos.

Otro testimonio del ingenio de Petr Parlér es la Puerta de Oro - la entrada sur de la catedral, formada por tres arcos góticos, que da al vestíbulo abovedado. Allí se pueden observar los nervios góticos colgados libremente en el espacio - otra de las novedades introducidas por Petr Parlér en las tierras checas.

Petr Parlér no fue solamente un genio arquitectónico, también fue un hábil escultor y tallista. Decoró las tumbas de los primeros reyes checos de la dinastía premislita, colocadas en las capillas laterales, con sus figuras yacentes. Y sus estatuas transmiten el mismo dinamismo y energía como sus obras arquitectónicas.

 Torre del Puente de la Ciudad Vieja  (Foto: autor)
Carlos IV mandó tallar en las columnas del triforio interior 21 bustos de miembros de la realeza, de arzobispos de Praga, de maestros de obra y de los dos arquitectos de la catedral. El mismo Parlér creó, entre otros, el busto de Carlos IV y su propio autorretrato, considerado como la primera obra de su género en la Edad Media. Al triforio interior corresponde el triforio exterior por encima del sistema de contención en la cabecera de la catedral. Los bustos de esta galería son de Jesucristo, la Vírgen María y de los santos y patronos checos, tallados por el taller de Petr Parlér.

Petr Parlér, ayudado por su sobrino Enrique, talló también la estatua de San Venceslao situada sobre la cornisa de la capilla de San Venceslao. El santo patrono está representado de pie con una lanza en su mano derecha y con un escudo decorado con el águila negra en su mano izquierda.

Puente de Carlos
Petr Parlér sabía que la edificación de una catedral supera por su larga duración la vida humana. Por ello mandó cerrar el espacio de la catedral con una pared provisional en el lado oeste para que se pudieran celebrar ya las misas. Sin embargo, la pared perduró quinientos años hasta el siglo XIX cuando comenzó el proyecto para la finalización de la catedral.

Otro edificio cuya autoría pertenece a Petr Parlér en el recinto del Castillo de Praga es la iglesia de Todos los Santos, construida en el lugar de la antigua capilla palaciega y decorada según los modelos franceses. La iglesia está contigua al lado este del Antiguo Palacio Real y fue en gran parte remodelada tras un incendio devastador en el siglo XVI.

La segunda obra famosa de Petr Parlér en Praga es el Puente de Carlos y la Torre del Puente de la Ciudad Vieja. La construcción del puente se inició en 1357 y el taller de Petr Parlér finalizó su edificación a principios del siglo XV. El puente, en aquel entonces el único que había en Praga, era una importante conexión en la ruta comercial entre Europa Occidental y Oriental.

Templo de Santa Bárbara en Kutná Hora,  foto: Štěpánka Budková
La Torre del Puente de la Ciudad Vieja suele considerarse como la torre medieval más bella de toda Europa. Los escultores del taller de Petr Parlér la decoraron con estatuas de reyes y patronos checos. Además de su significado material, o sea defensivo, la torre oculta muchos símbolos religiosos y astronómicos, ideados por el emperador Carlos IV.

Petr Parlér trabajó con su taller también fuera de Praga, en Bohemia Central. Inició la construcción del templo de Santa Bárbara en Kutná Hora, y su taller participó en la construcción de la catedral de San Bartolomeo en Kolín, y en la del castillo real de Karlstejn, cerca de Praga.

Petr Parlér consagró toda su vida al arte arquitectónico y escultórico. Murió en 1399 y con su obra continuaron sus hijos hasta las guerras husitas, iniciadas veinte años después. Petr Parlér fue honrado incluso después de su muerte - fue sepultado en la catedral de San Vito, su obra maestra. En aquel entonces era algo poco habitual, ya que en iglesias de semejante importancia no se solía sepultar a nadie sino a los miembros de la nobleza.