¿Tanga, bragas o bombarderos?

Foto ilustrativa: FreeImages
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La ropa interior forma una parte imprescindible de nuestro vestuario, y este hecho le ha asignado el honor de tener su propio día festivo. El 'Día Internacional de la Ropa Interior' cae precisamente al 3 de abril y en nuestra nueva lección de checo de Radio Praga también rendiremos homenaje a la lencería, aprendiendo el vocabulario relacionado con ella.

Foto ilustrativa: Tomáš Adamec
¿Cuántas bolsas llevas? -kolik to neseš tašek-? Parece que has atracado una tienda de lencería -obchod se spodním prádlem-. ¿Qué pasa? ¿Has cambiado de novio?

Qué va. Como hoy es la fiesta de la lencería ha habido muchas rebajas -slevy-, así que no pude resistirme y compré varias prendas.

Vamos a ver qué llevas en las bolsas -podívejme se, co máš v těch taškách-. Vaya, pero si el tanga ya ha pasado de moda -tanga už nejsou v módě-. Mejor si te compraras unas bragas brasileñasbrasilské kalhotky-, las del corte ancho de frente, que detrás tienen una forma de v. Es lo que se lleva ahora -to se teď nosí-.

Claro, pero para ello necesito un trasero brasileñobrasilský zadek-.

Ahora no me apetece hablar sobre el eterno problema de las mujeres con sus figuras. Mejor, expliquemos a nuestros oyentes el vocabulario básico.

Foto ilustrativa: FreeImages
Bien. Entonces las bragas se dicen en checo -kalhotky-, lo que es gracioso porque esta expresión es una forma diminutiva de la palabra pantalón -kalhoty-, o sea, significa un pantalón pequeño.

Aunque las primeras bragas, que aparecieron en el siglo XVIII, no eran precisamente muy pequeñas. Lo que se llevaba antes eran unos culotes enormes con pantorrillas largas. Y es curioso que las primeras en ponérselas fueran las prostitutas.

Mejor bragas enormes que ningunas. Es que antes esta prenda no existía y las mujeres llevaban solamente unas faldas anchasširoké sukně-. Vamos, iban a pelo, lo que en checo decimos como ir a lo afiladojít na ostro-. De allí procede también el mandato de nuestras abuelas que siempre nos decían que estuviéramos sentadas con las piernas juntadas.

Pero con la llegada del siglo XIX el tamaño de las bragas se fue reduciendo, sobre todo gracias a las bailarinas de cancán, que eran conscientes de que cuánta más piel enseñaran, más éxito tendrían con los hombres. Pasemos entonces a la ropa interior masculinamužské spodní prádlo-. ¿Qué prefieres que los hombres lleven puestos?

Foto: Martin Čuřík,  archivo de la Radiodifusión Checa
Todo lo que no sea el modelo que se llevaba en las épocas antiguas, unos taparrabos con cuerdasrouška se šñůrkami-. Tampoco me gustan los slipsslipy-, que antes se llevaban mucho. Por mí, que todos los hombres lleven boxer -boxerky-. Y según las encuestas, el mismo deseo lo tiene la mayoría de las mujeres en todo el mundo. Y los canzonestrenky- tampoco están mal.

Por eso siempre voy a comprar la lencería con mi novia para no meter la pata. Pero cada vez más me quedo asombrado con los precios de la ropa interior. Cuánta menos tela tiene, más cara es -čím méně látky, tím je to dražší-.

Claro, y encima te gastas mucho dinero para que luego te lo vea puesto solamente una persona.

Bueno, si quieres andar por aquí en la ropa interior, no te vamos a decir nada. Y si eso ponte una lencería de encaje -krajkové spodní prádlo-, que es la que me gusta a mí. Y si puede ser, de color rojo -červená barva-. En cuanto a las bragas, ya te comenté mis preferencias, pero también me gustan las bragas con pantorrillas cortas que en checo llamamos -kraťásky- Mientras no sean estos culotes grandes que en checo llamamos coloquialmente -bombarďáky-, es decir, bombarderos. Y no me preguntes por qué, porque no tengo ni idea.

Foto: Wikipedia / free domain
¿Conoces la historia del sujetadorpodprsenka?

Claro, en esto soy un especialista. La verdad es que ahora tenéis mucha suerte, porque antes de este invento se llevaban los corsés -korzety-. Aparte de que impedían respirar bien, había casos de costillas rotas a causa de estar demasiado apretados -utažený-. Esta moda la impulsó la noble italiana Catalina di Médici, que no quería que ninguna mujer de la corte tuviera los pechosprsa- más grandes que ella, así que les ordenó llevar corsés.

Y el primer sujetador llegó de la mano de la estadounidense Mary Phelps Jacob. Fue todo un éxito, pero como no era una gran negociadora, vendió la patente a una compañía por unos 1500 dólares. Mientras que la empresa posteriormente ganó unos cuantos millones.

¿Sabes qué? Yo también voy a inventar una nueva prenda de ropa interior, que esto es un negociazo.