Juan Gelman trajo la nieve a Praga

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Tanto por su poesía, multipremiada en todo el mundo, como por su historia personal, trágica y dolorosa, pero llena de esperanza, especie de compendio de la historia de Latinoamérica del siglo XX, la visita de Juan Gelman a Praga representó todo un acontecimiento en el ambiente cultural checo.

Juan Gelman
Una minigira por Austria, Rusia y República Checa, para compartir con sus lectores europeos, realizó el destacado poeta argentino Juan Gelman la semana pasada. Además, aprovechó de celebrar el Premio Cervantes de Literatura obtenido en diciembre de 2007 e inaugurar, en el Instituto Cervantes de Viena, la biblioteca Juan Gelman.

Y allí por donde pasó, como Moscú y Praga, trajo la nieve consigo.

“Sí, traigo la nieve de manto, soy como San Martín (risas)”.

Juan Gelman se mostró encantado de estar en la ciudad de Franz Kafka, donde el viernes pasado, en la sede de Praga del Instituto Cervantes repleta de gente, tuvo un encuentro con sus lectores y demostró con sus versos porqué es uno de los grandes de la literatura mundial.

“Bueno, Praga para mí es Kafka, qué puedo hacer. Pero es una ciudad muy bella, muy bella, una ciudad que su belleza es íntima. Y luego, bueno, los escritores que dio al mundo”.

El más reciente ganador del Premio Cervantes de Literatura hizo gala de su genio poético con la lectura de varios de sus poemas más celebrados, como ¿Qué se sabe?, Lecturas, Otoñar o El otro.

Consultado por los poetas que lo formaron como escritor, respondió:

“Los poetas que ejercieron influencia sobre mi poesía fueron, sobre todo, dos: el argentino Raúl González Tuñón y el peruano César Vallejo. Y creo que la influencia que recibí de ellos de algún modo forma parte de mi escritura. Claro que luego de ellos leí montones de poetas y sobre todo traté de leerme a mí mismo”.

Juan Gelman rescató el valor de la poesía en un mundo que necesita de la ilusión para seguir adelante.

Juan Gelman con la hispanista Anna Housková
“Claro que estamos viviendo un tiempo donde esa ilusión está muy lastimada después de todos los acontecimientos mundiales y también locales en Argentina y en otros países de América Latina. Pero hay períodos así en la historia de la humanidad, muy grises, neblinosos, desesperanzadores, pero siempre de un modo o de otro renace lo que no se le puede mutilar al ser humano, es decir, el deseo, el sueño, esas cosas”.

Y también quiso citar a Oscar Wilde y a la importancia de que exista ese país llamado ‘utopía’.

“Mire, yo creo que como decía Oscar Wilde, un mapamundi en el que faltara el país de la utopía no valdría la pena de ser mirado, porque sería incompleto. Él decía que todas las noches la humanidad sueña con una vida mejor. Y luego a lo mejor la función de la utopía radica en su fracaso, para que empiece una mejor”.

En ese sentido, dijo que la poesía puede ayudar, pero que unos versos no pueden cambiar el mundo.

“Puede ayudar a los cambios de las personas, pero con un soneto no se toma el poder, cosa que aprendimos duramente, así que...”

También se refirió al periodismo, que ejercita casi tan profusamente como la poesía, con la que lo comparó.

“Yo creo que el periodismo es un género literario y como todos los géneros, hay malos periodistas, buenos, medianos, etc. Como pasa con la poesía y con el arte en general. En mi caso no son vecinos que se molesten. Viven tal vez en pisos diferentes, pero se llevan bien”.

Y hablando de cambios, mencionó el Premio Cervantes, considerado el Nobel de las letras hispanas, y que en cierta medida revolucionó su vida.

“Bueno, francamente, en ciertos aspectos, sí, cambió mi vida. Pero los premios no escriben por uno”.

Juan Gelman ofreció retazos de su genio en Praga, siempre muy bien acompañado por su esposa, Mara La Madrid, y departió con sus lectores, que lo aclamaron casi como a una estrella de rock.

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