Adolf Born: “Me aburre la modernidad, es terriblemente superficial”

Adolf Born, foto: Packa, CC Atribution-Share Alike 3.0 Unported

Con más de 350 libros ilustrados, no hay ya hogar checo que no cuente con al menos una novela o cuento de hadas con dibujos de Adolf Born. El peculiar estilo de sus dibujos, de estética ingenua pero fondo irónico e inteligente, forma ya parte insustituible de la cultura de este país.

Adolf Born,  foto: Packa,  CC Atribution-Share Alike 3.0 Unported
Ilustrador, caricaturista, pintor, dibujante de cine de animación. La obra de Adolf Born, de importancia internacional desde los años 60, aunque abarca un amplio abanico de formatos, coincide en unas características comunes: un estilo personalísimo, reconocible a primera vista, una desbocada pasión por el exotismo y lo pintoresco, y ante todo, grandes dosis de surrealismo y mordacidad.

Su última exposición incide en estas características desde dos vertientes. Por un lado acuarelas de colores brillantes, con fuertes contrastes de tonos fríos y cálidos, que representan escenas oníricas, criaturas mitológicas, seres imposibles.

Por otro el Born más clásico, con dibujos a tinta, ricos en detalles y cercanos a la viñeta humorística, que plasman escenas históricas decimonónicas o simplemente intemporales. Es en estos últimos trabajos donde más se nota la impronta orientalista de Born: sultanes, harenes, turbantes, aroma a Imperio Otomano.

El ilustrador, que se considera nacionalista turco y que dice sentirse a gusto tanto en Praga como en Estambul, debe esta pasión por el mundo islámico a unos días pasados hace muchos años en Italia, tal como contó en entrevista para Radio Praga.

“Toda esta orientación surgió en la Bordighera italiana, donde había un festival de humor cada año. Humor de todo tipo: en ilustraciones, publicidad, etc. Y allá mi mujer y yo conocimos a tres pequeñas figuras envueltas en ropa negra. Y resultaron ser turcos. Uno de ellos se convirtió en mi mejor amigo, un amigo para toda la vida, Nehartip.”

No solo el dibujante turco Nehartip, sino otros muchos artistas internacionales, como el español Fernando Puig Rosado, forman parte del amplio círculo internacional de Adolf Born, conocidos especialmente durante los viajes del artista checo por el sur de Europa.

Acostumbrado a retratar en sus trabajos la idiosincrasia de otros pueblos, Born recorre con seguridad el puente que los une a todos, el humor.

“Por supuesto, la mayoría de las naciones tiene su punto de encuentro precisamente en el humor. Aunque cada una tiene un sentido del humor algo diferente, el humor en sí es aceptado por todos, sean españoles, holandeses o turcos. Los jóvenes ahora estudian inglés para entenderse, pero es realmente el humor el mayor nexo de entendimiento entre todas las naciones.”

Las obras de Born suelen resultar exóticas no solo geográficamente, sino también por su contexto histórico. Quien desee ver en sus ilustraciones sátiras sobre la actualidad o escenas del mundo moderno se sentirá muy decepcionado.

“Me aburre la modernidad. Es superficial, terriblemente superficial. Para mí la época ideal eran los tiempos de nuestro emperador Francisco José. Considero la monarquía como la mejor solución de todas, y la aprecio a mi manera. Tengo que aceptar que vivo en estos tiempos que me han tocado, pero no estoy entusiasmado.”

Además de por su obra gráfica, Born ha quedado grabado en generaciones de checos gracias a su larga trayectoria como autor de cine de animación, especialmente series y largometrajes para niños, de los que ha creado más de 50. Sin embargo no entra dentro de sus planes la elaboración de más dibujos animados. Los tiempos, sencillamente, han cambiado.

“Por un lado ha cambiado la técnica, se usan ahora las nuevas tecnologías. Antes era un trabajo artesanal, y el resultado era simplemente perfecto. Y ahora cuando veo dibujos animados para niños me parecen absolutamente estúpidos. El cine animado norteamericano y japonés no cuenta con ninguna película donde haya alguna historia. Los personajes caen, se levantan, se aplastan... y nada más. Antes, por ejemplo con Trenka, los guiones eran fabulosos.”


(Repetición del 12/1/2009)

Autor: Carlos Ferrer
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