En busca de los secretos del Reino Meroítico

Foto: Museo Nacional de Praga

Por segundo año consecutivo, los arqueólogos del Museo Náprstek de Praga, en cooperación con expertos checos y extranjeros, realizan investigaciones en Nubia, al norte de Sudán. La localidad atrae a científicos del mundo entero porque esconde restos del antiguo Reino de Kush, o Reino Meroítico, de más de dos mil años de antigüedad.

Foto: Museo Nacional de Praga
La República de Sudán, situada al noreste de África es conocida principalmente por los perpetuos conflictos étnicos entre la población musulmana del norte y los cristianos del sur.

Muchas veces se olvida, que es, ante todo, un país de larga e interesante historia. En la localidad Wad Ben Naga, situada a unos 130 kilómetros al norte de la capital Jartum, se encontraba la ciudad de Arabikeleb, centro importante del Reino Meroítico. Según Pavel Onderka, líder de la expedición checa a Sudán, era una de las civilizaciones más antiguas del continente africano.

Restos de edificios construidos durante el gobierno de la reina Amanishakheto en Wad Ben Naga,  foto: Museo Nacional de Praga
“La localidad de Wad Ben Naga esconde restos de edificios construidos hace unos dos mil años, durante el gobierno de las reinas Amanitore y Amanishakheto. Las primeras alusiones históricas sobre el Reino de Kush datan del siglo IV antes de Cristo. Existen pruebas de que la zona fue poblada hasta el siglo V, cien años después de la caída del Reino”, subraya Onderka.

Los expertos checos iniciaron las investigaciones en Wad Ben Naga en noviembre de 2009. Las seis semanas que pasaron en Sudán las dedicaron a monitorear la localidad, de más de cuatro kilómetros cuadrados de extensión, y a elaborar un mapa arqueológico de la zona. Durante su primera estancia, descubrieron dos gigantescos cementerios, según cuenta Pavel Onderka.

Pavel Onderka,  foto: Štěpánka Budková
“En la localidad se encuentran unos 12 cementerios pequeños, agrupados en dos grandes, uno situado al norte y otro, al sur. Durante los trabajos de 2009 logramos identificar 220 tumbas visibles. Es evidente que representan sólo una pequeña parte del número total de tumbas que se hallan en la zona”, destaca el arqueólogo.

Un año después, entre noviembre y diciembre de 2010, el equipo checo volvió a Wad Ben Naga para continuar su investigación. Los arqueólogos lograron descubrir restos de un pequeño templo dedicado al dios Apedemak, de la deidad león, bastante común en el antiguo Egipto.

Los arqueólogos del Museo Náprstek en Nubia,  foto: Museo Nacional de Praga
Además, prosiguieron sus trabajos en la llamada Construcción Circular, la obra más misteriosa de la arquitectura meroítica. Según Onderka existen dos teorías en cuanto a su función.

“La primera parte del aspecto arquitectónico de la construcción y sus partidarios sostienen que se trata de un gigantesco almacén de trigo. Según la otra es un santuario poco usual, que imita el monte sacro de los antiguos nubios. Nosotros favorecemos la segunda teoría, que hasta el momento ha sido la menos divulgada”.

Los arqueólogos del Museo Náprstek en Nubia,  foto: Museo Nacional de Praga
Se supone que las investigaciones en Wad Ben Naga continúen durante los próximos 70 años. Uno de los futuros objetivos del equipo checo es explorar los alrededores del Templo de Isis, al oeste de la localidad. Allí fue encontrado en el año 1844 un altar con inscripciones en egipcio y meroítico, que permitió descifrar la letra Meroe.

Actualmente viven en Wad Ben Naga unas 3.000 personas, sin acceso a agua potable. La expedición checa, en cooperación con el Rotary Club de Jartum y el Consulado de Eslovaquia en Sudán, se esfuerza por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de la zona, destaca el director del Museo Náprstek de Praga, Michal Lukeš.

Michal Lukeš
“Durante los trabajos arqueológicos en Nubia vivimos en una estrecha relación con los habitantes locales. Para hacerles la vida más fácil, hemos organizado una serie de actividades caritativas. Los alumnos de tres escuelas básicas de Wad Ben Naga recibieron regalos de los niños y profesores checos de Otrokovice. Además, reunimos el dinero y el material necesario para cavar un pozo allá”, destacó Lukeš.

Para lanzar un puente entre la cultura checa y la de Sudán, los checos organizaron en el Museo Nacional de Sudán una exposición titulada ‘Sudán hace 100 años’. Se trata de una colección de imágenes de Jartum y otras localidades de Sudán, hechas a principios del siglo XX por el fotógrafo checo Bedřich Machulka, y que normalmente se pueden ver en el Museo Náprstek de Praga.