Capítulo desconocido de la vida del viajero Alberto Vojtech Fric

Erminia Ferreira Fric

Durante toda su vida Herminia Ferreira Fric, de la tribu indígena Chamacoco, esperaba en Puerto Esperanza, en el Alto Paraguay, la llegada de sus parientes europeos. No sabía de qué país procedía su padre cuyo apellido llevaba. Tuvo que transcurrir casi un siglo para que se cumpliera su deseo y doña Herminia se encontrara con sus sobrinos checos, descendientes del viajero, botánico y etnógrafo, Alberto Vojtech Fric.

Doña Herminia nació probablemente entre los años 1906 y 1912. "Ni ella misma lo recuerda y no hay a quien se le pueda preguntar", nos explicó Yvonna Fricová, esposa del nieto de Alberto Vojtech Fric.

"En esa época Fric estuvo en Paraguay varias veces. En el año 1912 se vino a Europa para participar en un congreso americanista en Londres. Luego se dirigió todavía a Praga para visitar a sus viejos padres. Llevaba consigo inmensas colecciones de diferentes tribus indígenas que se propuso colocar en museos europeos. Pasó en Europa varios meses y ya no logró regresar, ya que estalló la Primera Guerra Mundial".

Acabada la guerra, Fric entró por un corto período en los servicios diplomáticos. A principios de los años 20 se casó en Bohemia, tuvo un hijo y empezó a trabajar como botánico profesional y también comerciante de cactos, una pasión que lo invadía desde pequeño. A América Latina viajó todavía tres veces, pero nunca más a la región del Alto Paraguay.

Es posible que antes de regresar a Europa Alberto Vojtech Fric haya conocido a su hija Herminia, que nació de su matrimonio con la joven india Chamacoco llamada Lora-y o sea Pato Negro. Dicen que antes de irse a Europa Fric dejó su hija al cuidado de su amigo, el cacique Magpiota, quien crió a Herminia y ésta le devolvió sus cuidados atendiéndolo hasta su muerte alrededor del año 1940. Lo cierto es que la familia checa de Alberto Vojtech Fric descubrió la existencia de su tía indígena recién en el año 2000.

En agosto de 2005 Yvonna Fricová y su esposo Pavel Fric visitaron por segunda vez Puerto Esperanza, situado en Gran Chaco, a orillas del río Paraguay, y celebraron con sus primos de la tribu Chamacoco el centésimo cumpleaños de Doña Herminia.

"¿Qué necesita una dama indígena de cien años de edad?, nos preguntamos. La conocíamos un poco de la primera visita y sabíamos que le podría alegrar algo bonito para vestirse y adornarse. Así que le regalamos un collar de alfóncigos combinado con abalorios de bisutería de Jablonec, un hermoso broche de strass, un pañuelo, y otras cosas por el estilo. Además le trajimos cuentos de hadas de Bozena Nemcová en español, ya que a los indígenas les gusta contar sus propios cuentos de hadas, leyenda y mitos. Aunque se nos ocurrió que pudieran hacerse una imagen un poco deformada de ´nuestra tribu´ y de nuestro pasado a través de Bozena Nemcová. Luego le compramos una gran muñeca vestida con el tradicional traje de la región morava de Haná. Pensábamos que tal muñeca hubiera sido una de las primeras cosas que le hubiera comprado su papá si lo hubiera acompañado como niña a Europa, lo cual no le permitió su familia".

Doña Herminia tuvo ocho hijos. Hoy en día su familia cuenta con unos 160 miembros, que empezaron a llamarse en broma "Checomacoco".

"Lo inventó nuestro primo Rodolfo. Los indios tienen un increíble sentido del humor. Es muy agradable charlar con ellos, contarse anécdotas y bromear con respecto a nuestras culturas".

Rodolfo Ferreira Fric, el hijo mayor de doña Herminia, diseñó también un árbol genealógico de la familia y puesto que es un hombre muy dotado y con mucha memoria, hace tres años Yvonna Fricová le encargó escribir su autobiografía.

"Y él, en efecto, lo hizo. La escribió con letra ejemplar en un cuaderno escolar. Mi tarea ahora es traducirla y editarla como la segunda publicación de nuestra asociación cívica Checomacoco".

¿Y cuál fue la primera publicación?

"Se trata del cuento de Fric titulado ´Me quería, me di cuenta de esto demasiado tarde´. Es la historia de su inolvidable encuentro con la muchacha indígena Lora-y. La editamos en una versión bilingüe checo-española acompañada con fotografías antes no publicadas de la herencia de Fric. Aparte del viajero aparece en los retratos fotográficos su joven esposa indígena, Lora-y".

Debido a que se trata de una valiosa edición para bibliófilos, el "cacique" de Checomacoco, Pavel Fric, otorga el libro únicamente a los miembros de la asociación cívica por méritos extraordinarios en ayuda a la comunidad indígena con sangre checa en Paraguay.

Foto:www.checomacoco.cz