Un paseo para descubrir secretos de las estatuas del Puente de Carlos

Puente de Carlos, foto: archivo de Radio Praga

Las estatuas del Puente de Carlos de Praga forman una galería excepcional al aire libre. Precisamente este año se conmemora el 330 aniversario de la colocación de la estatua de San Juan Nepomuceno en el Puente.

Puente de Carlos,  foto: © City of Prague
No cabe duda de que el antiguo Puente de Carlos de Praga crea una sensasión inolvidable para miles de visitantes, pero uno de los monumentos más visitados de la capital no sería el mismo sin sus 30 estatuas que forman una galería barroco-gótica al aire libre.

La construcción del Puente de Carlos se inició en 1357 y duró hasta 1402. Hasta entonces, esta obra medieval no destacaba entre los demás puentes góticos construidos en el resto de Europa.

Esto cambió con la escultura del famoso mártir católico checo San Juan Nepomuceno, que se encuentra en el octavo pilar del Puente de Carlos a desde 1683. Se trata de una escultura de bronce de 2,5 m, creada según un diseño de Juan Brokof. Esta obra se convirtió en un modelo iconográfico para las estatuas tardías de San Juan Nepomuceno por todo el mundo. Este año se conmemora el 330 aniversario de la colocación de esta estatua en el Puente.

Cabe mencionar que San Juan Nepomuceno era un personaje legendario, cuya vida se basa en la vida de Juan de Pomuk, que vivía en Praga y que fue asesinado en 1393, según afirma el historiador Vít Vlnas.

Vít Vlnas,  foto: archivo de Radio Praga
“De hecho existen varios Nepomucenos. Existe la leyenda de Juan Nepomuceno, el gran santo barroco creado en el siglo XVII y XVIII como mártir ideal y como el santo perfecto del catolicismo barroco. Y luego tenemos el personaje histórico que está relacionado con el santo sólo parcialmente. Se trata de Juan de Pomuk, el vicario general del arzobispo Juan de Jenštejn en Praga. Este hombre, según lo poco que sabemos de su vida, era funcionario leal del arzobispo y murió por haber confirmado la elección de nuevo abad del monasterio de Kladruby contra la voluntad del entonces rey de Bohemia Wenceslao IV y no por haber guardado el secreto de la confesión como nos cuenta la leyenda“.

Según se dice, San Juan Nepomuceno era el confesor de Sofía de Baviera, reina de Bohemia y esposa del Rey Venceslao IV. Éste tenía fama de ser muy celoso. Un día, el Rey Venceslao IV, ansioso por conocer detalles de las confesiones de su mujer, pidió a San Juan Nepomuceno que le revelara todos sus secretos, lo que el sacerdote rechazó y proclamó que nada, ni nadie, ni el mismo Rey, puede superar la ley de Dios. Venceslao IV, furioso ordenó torturar al clérigo hasta conseguir la información que quería. Sin embargo, San Juan Nepomuceno guardó el secreto de la Reina, lo que el Rey no pudo soportar y mandó a arrojarlo al río Moldava desde el Puente de Carlos. En el muro del Puente de Carlos hay una cruz arzobispal, que recuerda la muerte de San Juan Nepomuceno y se dice, que al tocarla con los cinco dedos, se cumplirá un deseo.

Foto: archivo de Radio Praga
Sin embargo, el historiador Vlnas afirma, que la historia de San Juan Nepomuceno apareció muchos años después de la muerte del vicario general Juan de Pomuk.

”La leyenda sobre el secreto de confesión aparece mucho más tarde, en la segunda mitad del siglo XV y hasta ahora su origen no se ha explicado de manera satisfactoria“.

Al encontrar el cuerpo de San Juan en el río, brillaban luces en su alrededor, lo que explica un halo de cinco estrellas que es uno de los atributos fundamentales del mártir católico. Además de las cinco estrellas sobre su cabeza, a San Juan Nepomuceno es fácil de reconocerlo por el manto canónigo que lleva puesto, una hoja de palma y un crucifijo así como por un dedo puesto sobre sus labios, representando el silencio y la protección del secreto. Debido a su muerte relacionada con elagua se venera como patrono de buena fama, de confesores, navegantes, molineros y es considerado además protector contra las inundaciones.

El culto de Nepomuceno se divulgó sobre todo en el siglo XVIII, gracias a la orden de los Jesuitas que escogió a Juan Nepomuceno como su segundo patrono. Su fama llegó a ultramar, por lo cual podemos encontar varios lugares vinculados con su vida en México, Colombia y Filipinas.

 San Juan Nepomuceno,  foto: archivo de Radio Praga
Los historiadores consideran curioso que la escultura de San Juan Nepomuceno fuera instalada en el puente a pesar de que el personaje todavía no había sido santificado. Sin embargo, el hallazgo de lo que se creía entonces la lengua del vicario asesinado, impulsó rumores sobre los milagros vinculados con la vida del mártir, lo que en 1729 culminó con su canonización por el Papa Benedicto XIII. Según afirma el arzobispo de Praga Dominik Duka, San Juan Nepomuceno se volvió muy famoso gracias a sus actitudes.

“Había muchos clérigos muy trabajadores y honestos, y San Juan Nepomuceno era uno de ellos. Durante los últimos años de su vida demostró su volundad e insistió en todas sus ideas y proclamaciones, por lo que ahora forma parte de la historia”.

El aspecto del Puente, así como lo conocemos el día de hoy, se fue creando sobre todo en el siglo XVII, cuando fue instalada en él la mayoría de las estatuas que se convirtieron en una parte imprescindible del panorama capitalino.

El boom de las estatuas empezó en 1706. Las obras se encargaron al taller de Juan Brokoff, que junto con su hijo, presentaron esculturas del apóstol navarro San Francisco Javier, San Francisco de Borja, San Vito y San Cayetano de Thiene.

 San Juan Nepomuceno,  foto: archivo de Radio Praga
La primera escultura fue colocada en el nuevo puente durante el reinado del Rey Carlos IV (1346 – 1378) y representaba a Jesucristo crucificado en una cruz de madera. La primera Santa Cruz no resistió mucho tiempo y fue destruida por los husitas durante sus operativos militares, en el siglo XV. Sin embargo, La Santa Cruz no desapareció del Puente de Carlos para siempre. La que se encuentra actualmente en el puente es de bronce y data del año1657. Posteriormente, en 1861, el escultor Emanuel Max, aportó dos estatuas figurativas de la Virgen María y de San Juan Evangelista, de piedra arenisca.

La escultura de mayores dimensiones representa a San Juan de Mata con las esposas rotas, a San Félix de Valois y al ermitaño San Iván. Debajo de las tres esculturas figurativas se encuentra una celda donde está encerrado un grupo de católicos vigilado por un turco con un perro. Según la leyenda, el turco persigue por las noches a los niños que no quieren dormir.

Santa Luitgarda,  foto: archivo de Radio Praga
El famoso escultor Matyáš Bernard Braun creó, en 1710, la estatua Sueño de Santa Luitgarda. Debido a su composición y expresividad se trata de una de las obras más apreciadas desde el punto de vista artístico en todo el puente. La escultura original se encuentra en el Lapidarium del Museo Nacional, así que durante los paseos por el Puente, los visitantes pueden admirar sólo su copia, levantada en 1995.

Las inundaciones azotaban la capital checa ya en el pasado. El Puente se vio afectado por las riadas por primera vez en 1784 y luego en 1890. Algunas de las estatuas cayeron al río Moldava y no volvieron al Puente, como por ejemplo las estatuas de San Cristóbal de Licia y de San Ignacio de Loyola, el fundador de la Orden de los Jesuitas. En su lugar se encuentra ahora una estatua de los apóstoles San Cirilio y San Metodio, obra creada por el escultor Karel Dvořák en la primera mitad del siglo XX. Los fragmentos de las estatuas originales, recogidos del río despues de las inundaciones, fueron colocados en el Lapidarium del Museo Nacional.

San Cirilio y San Metodio,  foto: archivo de Radio Praga
Durante la reconstrucción del Puente en la mitad del siglo XIX algunas de las estatuas fueron sustituidas por réplicas, sin embargo un tercio de las 30 estatuas son originales de la época barroca. El 15 de mayo, se celebra la Fiesta de San Juan para rendir homenaje al patrono de los navegantes. En Praga tiene mucha tradición, según afirma Michaela Graeberová, encargada de la organización de las festividades.

“En la época barroca se celebraban grandes fiestas de San Juan y muy típicos eran los conciertos, costumbre que conservamos hasta el día de hoy. En el pasado se efectuaban desfiles debajo del Puente de Carlos en honor a San Juan Nepomuceno, patrono de los navegantes y de toda la gente que tiene que ver con el agua ”.

En caso de que tengan algún deseo secreto, amigos oyentes, diríjanse al lugar de la muerte de San Juan Nepomuceno en el Puente de Carlos en Praga y toquen la cruz, seguramente les traerá suerte.


(Repetición del 4/9/2013)