Pinacoteca del Castillo de Praga

Aseo de la joven, de Tiziano

En esta edición les presentaremos la Pinacoteca del Castillo de Praga en cuyo acervo figuran hoy en día casi cuatro mil obras entre cuadros, dibujos y láminas gráficas.

La historia de las colecciones de artes plásticas en el Castillo de Praga se remonta a finales del siglo 16 cuando instaló su corte en la capital checa el emperador Rodolfo II, amante de las artes, famoso mecenas y apasionado coleccionista.Este soberano de la Casa de los Habsburgo trasladó la corte imperial desde Viena a Praga en 1583, transformando la capital checa en una bulliciosa urbe cosmopolita.

Las colecciones de arte de Rodolfo II eran famosísimas. Sus embajadores adquirían para el emperador obras de notables artistas en toda Europa y para Rodolfo II trabajaban en Praga numerosos pintores. Los artistas de la corte del emperador Rodolfo II creaban sus obras en estilo manierista, buscando a través de audaces experimentos nuevos caminos para las artes plásticas.

El pintor más original de la corte de Rodolfo II, dotado del estilo más peculiar, fue el italiano Giuseppe Arcimboldo que vivió de 1527 a 1593.Sus retratos alegóricos, compuestos de frutos, hortalizas, animales y objetos, reflejan un propósito lúdico, pero al mismo tiempo son un espejo de la filosofía de la época. Para los pensadores contemporáneos de Arcimboldo, el hombre era un microcosmo que contenía todos los elementos del macrocosmo. Los impresionantes lienzos de Arcimboldo llegarían posteriormente a inspirar al mismo Salvador Dalí.

Al final de la vida de Rodolfo II, en 1612, la galería en el Castillo de Praga contaba con 3 mil cuadros. Entre los lienzos del renacimiento culminante destacaban espléndidas obras de Leonardo da Vinci, Giorgione y Rafael.

Lienzos de Tiziano, Tintoretto, Veronese y Bassano reflejaban la gran pasión de Rodolfo II por la pintura italiana. Entre los artistas favoritos del emperador cuyas obras éste había adquirido para su pinacoteca, figuraban Alberto Durero, El Bosco y Pedro Brueghel.

Las extraordinarias colecciones de Rodolfo II sufrieron después de su muerte en 1612 diversas peripecias. Sus sucesores trasladaron parcialmente a Viena los tesoros reunidos por el emperador Rodolfo y una parte fue vendida. En 1648, durante la Guerra de los Treinta Años, el Castillo de Praga fue saqueado por las tropas suecas que se llevaron obras de arte de las colecciones rudolfinas como presente para la reina Cristina de Suecia.

En la segunda mitad del siglo 17 la Pinacoteca del Castillo de Praga fue renovada. El archiduque Leopoldo Guillermo reunió para su hermano, el emperador Fernando III, una colección que era comparada con célebres galerías de Italia.De su acervo formaban parte también lienzos procedentes de la famosa colección del duque de Buckingham. Después de la muerte de Leopoldo Guillermo fueron trasladados al Castillo de Praga cuadros de su rica colección personal.

Los destinos de los cuadros de la Pinacoteca del Castillo de Praga dependían de las necesidades de la corte imperial que tenía su sede en Viena. Desde la segunda mitad del siglo 18 hasta principios del siglo 20 la galería del Castillo de Praga sirvió de fuente para enriquecer las colecciones imperiales en Viena. Todavía a finales del siglo 19 se trasladaron de Praga a Viena lienzos de pintores tan célebres como Velásquez, Veronese y Brueghel.

Los restos de la colección rudolfina se vieron dispersados en una subasta, realizada en 1782, bajo el reinado del emperador José II. Pero algo quedó cómo se revelaría en el siglo 20...

Cuando surgió en 1918 la Checoslovaquia independiente parecía que en el Castillo de Praga quedaban muy pocas obras que pudieran servir de decoración de la sede del primer presidente checoslovaco, Tomás Garrigue Masaryk.

Por eso fue creado en 1920 el llamado Fondo Masaryk del que se financiaba la adquisición de cuadros para el Castillo de Praga. En aquel entonces se adquirieron obras de la pintura checa del siglo 19 y del barroco checo, así como una colección del arte ruso del siglo 19.

Interesantes cuadros fueron adquiridos para el Castillo de Praga después de 1945, incluyendo obras de pintores checos Václav Spála, Emil Filla y Frantisek Kubka. Sin embargo los ideólogos comunistas llegaron más tarde a la conclusión de que una colección de arte moderno era incompatible con la misión del Castillo de Praga como sede del presidente de la República.

Aseo de la joven,  de Tiziano

Los lienzos de los artistas modernos checos fueron entregados en 1962 a la Galería Nacional y jamás regresaron al Castillo de Praga. La Oficina de la Presidencia de la República dio, además, otro paso obsurdo: separó los cuadros más interesantes de la colección histórica del Castillo, incluidas las obras de Veronese y Tintoretto, y mandó trasladarlos al palacio de Opocno, a 150 kilómetros al este de Praga.

¿Por qué se tomó tal medida? Los ideólogos comunistas alegaron que los lienzos representaban temas religiosos, incompatibles, a su juicio, con la función representativa de los recintos de la sede presidencial.

Gracias a las airadas protestas de los historiadores de arte los cuadros regresaron al Castillo de Praga. Se hizo el inventario de las depositarías, desempolvando auténticos tesoros, y tres años más tarde, en 1965, se abrió al público la Pinacoteca del Castillo de Praga.

Si Uds.la visitan hoy en día pueden admirar sus joyas más valiosas:el lienzo de Tiziano "Aseo de la joven", "Flagelación de Cristo", de Tintoretto, o "Asamblea de los dioses en Olimpo", de Rubens.

De gran valor son también los lienzos de Hans von Aachen, Domenico Fetti, Bartolomeo Spragner, Paolo Veronese y los Bassano.

En 2001 las colecciones de la Pinacoteca del Castillo de Praga fueron presentadas en el extranjero, en el museo de la ciudad holandesa de Maastricht. Lo que llamó más la atención fue el hecho de que el núcleo de la colección tiene una larga historia mientras que la mayoría de los museos y galerías mundiales colecciona las obras de arte tan sólo desde los siglos 18, 19 y 20.